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23 febrero 2017

¿Cómo superar los contratiempos en carrera?

Buen jueves amig@s,

Os comparto a continuación el último artículo que he publicado en la revista SPORTS & HEALTH correspondiente al mes de febrero de 2017. El tema del que me solicitaron escribir en esta oportunidad fue sobre cómo superar algunos de los contratiempos más importantes que nos pueden ocurrir mientras estamos participando en una competencia, o al menos minimizar los efectos perjudiciales que estos habitualmente ocasionan. Entre esos contratiempos se me ocurrió que algunos de los más usuales son las rozaduras, el dolor de yegua, llevar los cordones desatados, tener que soportar una tormenta o la aparición de fatiga.

Problemas en carrera

Si estáis interesados podéis leer la nota en este ENLACE, ver la edición impresa en la imágenes insertas a continuación, o consultar el texto íntegro en modo sencillo al final de esta entrada. Espero alguno de los consejos que os doy puedan serviros si tenéis que afrontar alguna de estas situaciones.

Problemas en carrera

Problemas en carrera

Esto es todo por el momento, que tengáis unos Carnavales llenos de diversión y kilómetros.

Saludos y nos vemos en la Ruta!


FER


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¿CÓMO SUPERAR LOS CONTRATIEMPOS EN CARRERA?
Por Fernando Revuelta

A pesar de todas las previsiones y cautelas que podamos tomar a la hora de enfrentar una competencia, hay determinadas circunstancias que se pueden presentar durante la misma que si no sabemos cómo manejarlas pueden llegar a convertirse en molestos contratiempos que penalicen nuestro desempeño esperado, e incluso en casos extremos, nos obliguen al abandono. Estos son algunos de los inconvenientes más habituales que los corredores enfrentamos durante una competencia.

ROZADURAS Y AMPOLLAS

Con bastante frecuencia, especialmente en competencias de fondo, se presenta alguna rozadura en la piel del corredor que con el pasar de los kilómetros lo habitual es que se vaya convirtiendo cada vez en una molestia mayor. Especialmente llamativo y doloroso es el caso de los pezones, los cuales llegan al punto incluso de sangrar y limitar mucho la práctica de ejercicio físico. Nunca hay que estrenar ropa o calzado en una competencia, sino usarla algunas veces antes para que precisamente se ponga menos rígida. La solución para minimizar los efectos de cualquier rozadura durante una carrera es aplicar vaselina en las zonas de mayor fricción del cuerpo, como las axilas, cara interna de los muslos, pezones, o el talón y los dedos en el pie.

NUDO DE LA ZAPATILLA

Pocas cosas son más molestas durante una carrera que sentir que se han desatado los cordones del calzado y van colgando sin control, no solo porque se pierde el ajuste necesario para que las fases de amortiguación y despegue sean eficientes, sino también por el riesgo de sufrir un accidente y acabar cayendo contra el piso. Siempre debemos de dar un nudo doble en cada una de las zapatillas para evitar que se presente este inconveniente, pero si sucede, debemos de colocarnos sin entorpecer a los demás competidores a un extremo de la calle, y una vez allí, detenernos y ajustar de nuevo el nudo convenientemente. Recuerda que en estos casos las prisas no son buenas consejeras, y rige el refrán de “vísteme despacio que tengo prisa”.

“DOLOR DE YEGUA”

También conocido como “dolor de caballo”, “vaso” o “flato”, la mayoría de los corredores lo han sentido en alguna ocasión, y usualmente se presenta sin previo aviso como una molestia aguda y punzante en el lado derecho de la cavidad abdominal. Aunque suele desaparecer después de un corto periodo de tiempo, mientras está presente puede llegar a resultar una dolencia tan incómoda y limitante que nos impida seguir realizando ejercicio físico, o cuando menos, afectar a nuestro nivel de rendimiento. Cuando el “dolor de yegua” aparece no es necesario parar del todo y dejar de correr, salvo aquellos casos en que el dolor sea totalmente incapacitante. Por lo general, bastará con ralentizar el ritmo de carrera, presionar fuerte el área afectada con las yemas de los dedos y realizar varias respiraciones abdominales profundas, para que el dolor desaparezca con la misma inmediatez como se presentó.

FENÓMENOS CLIMATOLÓGICOS

Es obvio que si antes de una competencia vemos la posible ocurrencia de algún fenómeno climatológico, tomaremos las debidas precauciones y acomodaremos nuestra vestimenta y accesorios al mismo, ya se trate de un clima despejado con mucho sol, o la amenaza de una fuerte tormenta. Pero a veces el clima cambia de manera drástica en solo unos minutos, y nadie como los corredores de Panamá estamos acostumbrados a ello. Debemos intentar que el clima siempre juegue a nuestro favor, minimizando los posibles efectos adversos. Así ante una alta temperatura y grado de humedad, aumentaremos el nivel de hidratación tomando en los avituallamientos de carrera mayor cantidad de agua y bebida deportiva, y protegiendo nuestra cabeza con una gorra o visera y lentes de sol. En el caso de una tormenta, si está acompañada de aparato eléctrico supone un riesgo muy elevado, por lo que optaremos por buscar refugio adecuado, pero nunca debajo de árboles u otras estructuras que puedan hacer la función de pararrayos. Recuerda que carreras hay muchas, pero vida solo una.

FATIGA DEL CORREDOR

A pesar de tener una adecuada preparación para afrontar con garantías una determinada distancia en carrera, durante la misma podemos entrar en una fase de agotamiento que se conoce como fatiga del corredor. Este tipo de fatiga, la cual afecta al rendimiento del atleta y le impide mantener el nivel de esfuerzo, se presenta bajo una doble manifestación, afectando tanto al plano físico como al psicológico. Generalmente nuestro cuerpo y mente están alineados y nos proveen la fuerza y determinación necesaria para llevar a nuestro organismo a un alto nivel de esfuerzo físico, pero en ocasiones se produce una desconexión, y nos falla uno de estos parámetros. El otro en estos casos busca suplir la deficiencia, intentando minimizar la bajada del rendimiento. Ante la aparición de fatiga no debemos intentar mantener el ritmo que llevamos, sino que nos acomodaremos a las nuevas circunstancias, buscando en cualquier caso no parar o caminar, ya que se nos puede hacer muy difícil el volver a correr en condiciones. Pero en momentos muy puntuales podemos sufrir lo que se conoce como “desconexión total”, en los que el físico no aguanta y la mente tampoco. Cuando eso pasa lo mejor es aceptarlo, interiorizar que no era nuestro día y esperar tiempos mejores.

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