Fascitis Plantar

Hola amig@s,

En el día de ayer salió publicado mi último artículo en LA ESTRELLA DE PANAMÁ, sección FACETAS, con relación a la Fascitis Plantar. Se trata de una de las lesiones más frecuentes en deportistas, sobre todo en corredores y aquellas personas que practican modalidades de alto impacto. Personalmente la padecí hace cuatro años y me costó mucho poder superarla, así que puedo hablar con conocimiento de causa. 

Podéis ver el artículo principal en línea en la web del propio periódico en este LINK, la página completa en la imagen inserta a continuación, o como texto simple al final del artículo.

Saludos y nos vemos en la Ruta,

FER

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LA TEMIDA FASCITIS PLANTAR

Entre las lesiones más frecuentes en deportistas y personas que habitualmente realizan ejercicio físico está la fascitis plantar. Se trata de una afección bastante dolorosa, pero que podemos  evitar con una buena prevención.

La fascia plantar es una banda de tejido parecido a un tendón que sirve para enlazar el hueso calcáneo del talón con los dedos del pie, y que ante determinadas circunstancias como un mal calzado, incorrecta posición al pisar, o exceso de presión, se inflama con el consiguiente dolor. Las molestias son especialmente fuertes en las primeras horas del día cuando la persona se levanta de la cama, y dependiendo del nivel de afectación, la fascitis puede llegar a ser incapacitante no solo para realizar ejercicio físico, sino incluso para el sencillo hecho de caminar. Aunque se puede presentar en ambos pies al mismo tiempo, generalmente se origina en uno solo, y tiempo después puede aparecer en el otro.

DIAGNÓSTICO

La fascitis es una afección frecuente en deportistas, pero también en personas que no realizan ejercicio físico de manera habitual. En los deportistas la horquilla de edad es mucho más amplia, y se dan casos incluso en atletas jóvenes que someten a su cuerpo a ejercicio demasiado intenso y prolongado. Respecto de las personas no deportistas, las probabilidades de sufrir fascitis se incrementan después de los 45 años de edad, ya que con el paso del tiempo la fascia va perdiendo su elasticidad y se convierte en una especie de caucho duro. Según las estadísticas, una de cada diez personas padecerá de fascitis en algún momento de su vida. Se trata de una lesión bastante molesta que puede estar presente por bastantes meses e incluso años, y con frecuencia es recurrente en el tiempo.

Padecer una fascitis plantar no es sinónimo de tener que dejar de realizar deporte o ejercicio físico. Por supuesto el dar descanso a la fascia ayudará a la recuperación de la misma y a reducir la inflamación, pero resultará básico recuperar la elasticidad perdida. El deporte se puede seguir practicando de manera moderada, y dependiendo también de la modalidad específica, buscando en lo posible evitar carreras y saltos bruscos que sometan a la fascia a esfuerzos intensos. La natación o montar bicicleta son excelentes alternativas para no abandonar el ejercicio.

La aparición de la fascitis plantar puede ser de modo progresivo, incrementándose paulatinamente cada vez más las molestias, o de manera repentina asociada a un evento traumático específico. En ambos casos, la persona sentirá un dolor agudo en la base del talón y/o parte media de la planta del pie, semejante a que le estuvieran clavando un alfiler. Esta sensación se hace más intensa cuando la persona se levanta de la cama, y tras periodos de inactividad, mientras que se atenúa cuando el pie entra en calor. Desde el punto de vista de la exploración, suele haber un abultamiento en el área e incluso enrojecimiento.

CAUSAS

La fascitis plantar puede tener su origen en una gran cantidad de motivos, de manera conjunta o aislada. El más importante sería la edad, ya que con el paso del tiempo la fascia va perdiendo su elasticidad y se va volviendo más rígida. El tipo de pie también es un factor muy importante, y se ha constatado que los pies cavos, con el arco elevado, al igual que los pies planos, favorecen la aparición de fascitis. La biomecánica y nuestra forma de pisada también son elementos a considerar, habiendo mayor prevalencia de fascitis en personas muy pronadoras que tienden a vencer sus pies hacia la parte interior. El uso de un calzado inadecuado está en el origen de muchos casos de fascitis, bien por no ser el apropiado para la actividad que realizamos, no ser de la talla correcta, poseer poca amortiguación, o haber cumplido ya su vida útil. El abuso de superficies duras como el asfalto, sobre todo en el caso de corredores, influye así mismo la aparición de fascitis. El sobrepeso y la obesidad por último, no ayudan tampoco a una buena salud de nuestros pies.

TRATAMIENTO

Las personas que sufren de fascitis plantar generalmente tienen como interés primario el aliviar el dolor asociado a la patología, pero hay que tener en consideración que el dolor es solo un síntoma causado por la lesión, y que mientras no se eliminen los motivos que generaron la misma, no desaparecerá o se pudiera convertir en crónica.

Hay diferentes opciones de tratamiento para una fascitis plantar, dependiendo de la gravedad y persistencia de la misma. La lesión se puede presentar como una dolencia aguda, la cual nos aparece solo en determinados momentos puntuales, generalmente cuando hemos permanecido en reposo por largo tiempo. No es necesario desde el comienzo acudir a un especialista, pero si adoptar ciertas precauciones, como realizar calentamientos antes de la realización de ejercicio y estiramientos posteriores.

Para mitigar el dolor se puede acudir en primer lugar a remedios farmacológicos como AINES (antiinflamatorios no esteroideos), los cuales van a tener efectos no solo analgésicos sino también contra la inflamación de la fascia. Su consumo puede ser por vía oral, o también de forma tópica en gel o crema, para lo cual se puede vendar el pie posteriormente con papel film de cocina para una mejor absorción. La fisioterapia, siempre que sea aplicada por un profesional calificado, es también una buena opción, y comprende desde ejercicios que buscan estirar la propia fascia y la musculatura de la pierna asociada, a masajes profundos sobre el área aplicados en sentido transversal. La aplicación de frío (crioterapia), ayudará de igual modo a reducir la inflamación de la fascia, para lo cual podemos aplicarnos directamente un cubito de hielo en la zona afectada, y darnos masaje de manera circular. Otra alternativa muy práctica es congelar una botella de agua o lata de refresco y rodarla contra el piso a lo largo de toda la planta del pie por unos 10 a 15 minutos. Existen también unas férulas no permanentes que colocadas en la noche van a obligar a nuestro pie a estar estirado, y de igual modo se pueden aplicar vendajes funcionales para aliviar la presión. Los pacientes pueden por si mismos realizar también otros ejercicios específicos como rodar pelotas tipo golf entre la planta del pie y el piso, y levantar pequeños objetos o agarrar una toalla tendida en el piso ayudándose de los dedos.

Cuando los tratamientos anteriores no logren la efectividad buscada, existen otras alternativas muy variadas que incluyen desde ultrasonido, acupuntura, ondas de choque, a inyecciones de corticoides. También tienen una gran efectividad las plantillas ortopédicas, pero estas deben ser personalizadas y fabricadas por un especialista calificado.

Como último paso, y si a pesar de todo lo anterior las molestias persisten y la fascitis se convierte en una patología de larga duración, el médico especialista podría considerar indicada una intervención quirúrgica. La fasciotomía plantar por ejemplo, es una cirugía que consiste en pequeños cortes en la propia fascia al objeto de que la misma recobre elasticidad.

La técnica EPI

Creada por el Doctor español José Manuel Sánchez, la Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI), ha mostrado un alto grado de efectividad cercano al 80% en el tratamiento de la fascitis plantar. Esta técnica consiste en la aplicación de una corriente galvánica de baja intensidad a través de una aguja de acupuntura directamente en el lugar de lesión. Ello provoca que los tejidos enfermos y degenerados desaparezcan a través de procesos naturales como la fagocitosis, y que se regenere la zona con nuevos tejidos sanos. Para ubicar el lugar correcto de la inserción de la aguja se utiliza un ecógrafo.

USO DE TACONES

Mientras que en el sector de los deportistas no hay diferencia en el porcentaje de casos de fascitis plantar entre varones y mujeres, entre la población no deportista prevalece el sexo femenino, debido al uso continuado de zapatos de tacón, lo que favorece el acortamiento de la musculatura de la pierna. Por ello se recomienda alternar el uso de zapatos altos con calzado plano.

ESPOLÓN CALCÁNEO

Con frecuencia la fascitis plantar, sobre todo si esta se alarga en el tiempo, va asociada a la formación de un espolón calcáneo, en forma de una protuberancia debajo del talón. Pero la clínica médica ha constatado que se trata de una patología independiente, la cual puede o no provocar dolor, y que en ocasiones solo es detectada mediante exploración radiológica.

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