No es más limpio quién más limpia sino quien menos ensucia
Buen jueves amig@s:
Os comparto mi último artículo publicado en LA ESTRELLA DE PANAMA, sección BIENESTAR, con relación al tema de la basura y la cultura del reciclaje. Podéis ver el ARTÍCULO PRINCIPAL en línea, la página completa en la imagen inserta a continuación, o como texto simple al final de la entrada.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
CONVIVIENDO CON LA BASURA
Dice un refrán que “no es más limpio el que más limpia sino
el que menos ensucia”. Y es que por muchos camiones recolectores y servicios de
limpieza que las autoridades establezcan, el cuidado del ambiente comienza por
nosotros mismos
En vez de convivir como sería de desear en espacios agradables
y salubres, en la mayoría de las ocasiones nos vemos obligados a estar
esquivando los residuos que pueblan sin solución de continuidad las aceras,
plazas o jardines de nuestros pueblos y ciudades. Y es que el manejo de los
desechos urbanos se ha convertido en uno de los grandes problemas sin resolver en
la ciudad capital y alrededores, aunque también afecta a nivel del país en su
conjunto. No importa el color del alcalde o gobierno de turno, que las promesas
de aplicar soluciones eficaces generalmente quedan precisamente en eso, solo
promesas, mientras que la basura se amontona en las calles y vertederos
improvisados por doquier.
LA TRIPLE R
Reducir – Reusar – Reciclar, es una regla sobre hábitos de
consumo inicialmente promovida por la organización ecologista Greenpeace. Con
ella se busca promover en los usuarios que sean más racionales a la hora de
utilizar bienes materiales, contribuyendo a la defensa del medio ambiente. Así
en primer lugar se promueve Reducir el consumo tanto de bienes como de energía,
buscando ser más eficientes. En segundo lugar se fomenta Reusar objetos a los
que se les pueda buscar una utilidad diferente a la original, permitiendo que
tengan una segunda vida útil. Por último, se incentiva la cultura del
Reciclaje, ya que muchos de los materiales que usamos en nuestra vida diaria
pueden volver a ser procesados manteniendo casi íntegra su naturaleza, como es
el caso del vidrio y el papel.
LA CULTURA DEL
RECICLAJE
En los últimos años se han producido algunos avances en
promover la cultura del reciclaje y el manejo ordenado de los desechos a través
de ferias y talleres, impulsados principalmente por grupos ambientalistas y
organizaciones privadas sin ánimo de lucro. El punto de partida sería el de no tirar
basura y desperdicios fuera de los tinacos o basureros al efecto, en contra de
la costumbre de arrojarla en la calle o arcenes de las carreteras, sobre todo
desde vehículos en marcha.
Fomentando el reciclaje las personas deberían hacer en sus
casas ya una primera selección de los residuos, ubicándolos en compartimentos
separados según se trate de materia orgánica (restos de comida), vidrio, papel
y cartón, o plástico. El 90% de la basura que producimos en nuestros hogares se
encuadra dentro de uno de estos grupos y se le puede sacar utilidad. El
mobiliario dañado, electrodomésticos viejos, o llantas usadas no deberían
considerarse como basura normal, sino como desechos que deben ser llevados a
centros de acopio específicos donde también pueden ser tratados. Es norma que
los servicios de recogida no se llevan esta clase de objetos, y si los dejamos
junto con la basura tradicional van a quedar por mucho tiempo afeando el
ambiente y degradándose a la intemperie.
TRATAMIENTO DE MSW
En numerosas urbes del mundo, con problemas en el manejo de
la basura incluso mucho más acuciantes que Ciudad de Panamá, se han establecido
plantas industriales que ofrecen diferentes procesos para su tratamiento de una
manera amigable con el medio ambiente y económicamente sostenible. Las siglas
MSW se refieren a municipal solid waste (basura sólida urbana), la cual es
recogida con regularidad de contenedores sellados y llevada a la plantas, donde
se realiza una primera revisión para separar materiales que pueden ser
reciclados como metales, vidrio, plásticos o papel. El resto pasa a una segunda
etapa en la que estos residuos al descomponerse producen gas, el cual
posteriormente se combustiona generando energía eléctrica en una turbinas al
efecto. Esta energía sustituye a la generada por otras fuentes no renovables
como la proveniente de combustibles fósiles, contribuyendo a la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero a la atmosfera. Incluso al material
resultante del proceso todavía se le puede sacar utilidad, ya que en parte puede
ser utilizado como insumo en plantas de cemento / asfalto. Por último, la
materia sobrante se ubica finalmente en rellenos encima de la tierra, ya que el
material queda totalmente inerte sin que produzca contaminación para el
sub-suelo.
Para las comunidades que cuentan con este tipo de plantas,
la basura deja de ser un problema, y pueden disponer de la misma de un modo
ambiental y económicamente sostenible en el tiempo.
BOLSAS DE
SUPERMERCADO
Las bolsas plásticas de supermercado son uno de los objetos
cuyo consumo se está intentando reducir con mayor énfasis. Estas bolsas pueden
ser reusadas por ejemplo para otros fines, así como recicladas, pero con
frecuencia sencillamente acaban tiradas por el piso contaminando incluso
fuentes de agua. A nivel local muchos establecimientos ya ofrecen sus propias
bolsas ecológicas reutilizables hechas de algodón o yute para que el usuario
las lleve siempre consigo, e incluso hay ciertas fechas en las que no se
suministran bolsas plásticas, siendo sustituidas por cartuchos de papel y cajas
de cartón.
BASURA QUE NOS
SOBREVIVE
La próxima vez que estemos tentados de arrojar basura en la calle, deberíamos recordar alguno de los siguientes datos: el papel y cartón a la intemperie tienen un tiempo de degradación aproximado de un (1) año; los envases de jugo un tiempo de degradación de 30 años; las bolsas de plástico de los supermercados no se degradan hasta después de 150 años; las botellas plásticas demoran en degradarse entre 100 a 1,000 años dependiendo de su material; y una botella de vidrio tarda un aproximado de 4,000 años en su total degradación. Las cifras la verdad asustan y nos deberían llevar a la reflexión de que no solo estamos contaminando el planeta para nosotros, sino para nuestras generaciones futuras.
La próxima vez que estemos tentados de arrojar basura en la calle, deberíamos recordar alguno de los siguientes datos: el papel y cartón a la intemperie tienen un tiempo de degradación aproximado de un (1) año; los envases de jugo un tiempo de degradación de 30 años; las bolsas de plástico de los supermercados no se degradan hasta después de 150 años; las botellas plásticas demoran en degradarse entre 100 a 1,000 años dependiendo de su material; y una botella de vidrio tarda un aproximado de 4,000 años en su total degradación. Las cifras la verdad asustan y nos deberían llevar a la reflexión de que no solo estamos contaminando el planeta para nosotros, sino para nuestras generaciones futuras.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
Saludos y nos vemos en la Ruta!
FER
No hay comentarios :
Publicar un comentario