Buenos días amig@s:
Os comparto el último escrito que he publicado en la revista SPORTS & HEALTH con relación a los principales obstáculos que nos encontramos los corredores a la hora de realizar nuestra práctica deportiva.
Si estáis interesados podéis leer el artículo directamente en la web de la revista en este ENLACE, en la imagen inserta a continuación, o en modo de texto sencillo al final de la entrada.
Saludos y nos vemos en la Ruta!!!
FER
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RUNNING:
UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS
Por Fernando Revuelta
A lo largo de la vida
deportiva de un aficionado a correr son muchos los obstáculos y barreras que se
le pueden interponer en su camino, poniendo en peligro de forma temporal, e
incluso definitiva, el poder realizar su práctica deportiva.
Entre estos obstáculos se
destacan como principales el cansancio y la falta de progresión, la presencia
habitual de lesiones, y la desmotivación del corredor. Todo este tipo de
situaciones es normal que sucedan en algún momento de la vida del runner y no deben verse como un muro
insalvable, ya que hay soluciones para superar, o al menos minimizar, sus
efectos.
CANSANCIO
FÍSICO
En una encuesta que realicé
entre corredores habituales, tanto experimentados como recreativos, la gran
mayoría confesó que en algunas ocasiones habían sentido un enorme cansancio y
falta de energía sin previo aviso. Este cansancio se puede manifestar de modo
puntual durante unas pocas horas o días, o por el contrario, extenderse durante
semanas o meses.
La aparición de cansancio
físico en el corredor se puede deber a múltiples causas, bien de modo aislado,
o combinadas entre sí. Entre ellas se destacan las tres siguientes:
- Deficiencias en la alimentación y/o
hidratación: cuando practicamos ejercicio físico nuestro organismo realiza una
serie de procesos para la obtención de energía y que los diferentes sistemas,
cardiovasculares y musculares, funcionen de manera eficiente. Cuando existen
carencias en la cantidad y/o calidad de los alimentos que consumimos para el
nivel de ejercicio que realizamos, o nuestra reposición de agua y electrolitos
no va acorde con la pérdida de líquido de nuestro cuerpo, ese déficit producirá
una bajada de nuestro rendimiento, la cual puede llegar a ser crítica
provocando hasta desfallecimientos. Entrenar bajo la supervisión de un
nutricionista puede ser de mucha ayuda para evitar este tipo de situaciones.
- Falta de descanso o descanso inadecuado: los
expertos recomiendan para una persona promedio dormir una media de 6 a 7 horas
diarias. Durante ese periodo es cuando los corredores realizan con mayor
intensidad su recuperación, propiciando la asimilación de las sesiones de
entrenamiento completadas, y alistando el cuerpo para futuros esfuerzos. Hay
que hacer énfasis en que no es lo mismo dormir que descansar. Los corredores
necesitan disfrutar de un descanso de calidad. No por el hecho de estar en la
cama 10 horas por ejemplo, eso necesariamente es sinónimo de un buen descanso.
Mantener rutinas fijas de acostarse a una hora determinada y no hacer cambios
drásticos de unos días a otros supone una gran ayuda para que el cuerpo se
mantenga en condiciones óptimas.
- Sobreentrenamiento: los corredores siempre
buscamos mejorar nuestro rendimiento en el menor tiempo posible, lo que en
demasiadas ocasiones degenera en fatiga. El proceso de mejora física se basa en
fases de entrenamiento de cargas y asimilación respectiva del esfuerzo, por lo
que los atajos nunca son buenos compañeros de viaje. Si sentimos que los
entrenamientos, en vez de producir mejora nos frenan en nuestra progresión,
puede ser un claro aviso para que
bajemos el número de entrenamientos semanales y/o la intensidad de los mismos.
LESIONES
RECURRENTES
Pocas cosas hay a las que
los corredores les tengan tanto temor como a sufrir una lesión. Las lesiones
deportivas son algo frecuente dentro del mundo del running, y dependiendo de su gravedad, pueden conllevar desde tener
que bajar la intensidad y duración de las sesiones de carrera, al reposo total
y absoluto. El primer paso obligado cuando sentimos cualquier tipo de dolencia
en nuestro organismo es el de tener un diagnóstico certero de la patología en
particular. En muchas ocasiones el cuerpo manda señales de molestia o dolor en
diferentes grados en una parte del organismo, pero quizás el origen real se
encuentra en otra parte diferente. Así por ejemplo, dolores en el tobillo o la
planta del pie se pueden derivar de una patología en la cadera o zona lumbar.
Aunque la experiencia es un grado, y de nuestra vida deportiva podamos intuir
el tratamiento adecuado a ciertos procesos que suframos en nuestro cuerpo,
nunca está de más consultar la opinión experta de un profesional del ramo.
En el tema de salud rige el
principio de “más vale prevenir que curar”, el cual es perfectamente aplicable
al caso de los corredores. No se trata solo de obtener un diagnóstico correcto
y un tratamiento acorde cuando ya la molestia o lesión se ha hecho presente en
nuestro cuerpo, sino de anticipar la misma. El corredor no debe obviar en sus
rutinas el preceptivo calentamiento anterior al ejercicio, así como los
necesarios estiramientos una vez concluida la corrida. También algunas terapias
como el masaje o los baños en agua fría son esenciales, para en la medida de lo
posible, mantener alejadas las lesiones. El uso de material deportivo
inadecuado o que ya ha cumplido su vida útil puede ser así mismo el origen a
múltiples lesiones de tipo articular y muscular en el corredor. Hay que elegir
muy bien y con cuidado el calzado deportivo que vamos a llevar en nuestros
pies.
FALTA
DE MOTIVACIÓN
Para realizar cualquier tipo
de actividad humana a largo plazo es fundamental contar con motivación. El running no escapa a esta regla y en
muchas ocasiones el corredor pierde las ganas de salir a completar sus rutinas
de ejercicio, ya que le falta la voluntad, el ánimo, la determinación necesaria
para no tomar el camino fácil, por ejemplo, de quedarse en la cama durmiendo,
en lugar de madrugar. Muchas son las causas que pueden llevarnos a caer en la
desmotivación, como el paso del tiempo, problemas de índole familiar, pérdida
de empleo o lesiones recurrentes, entre otros. Si bien el running se trata en apariencia de una mera actividad física, la
psicología del corredor juega un papel protagónico. Si nuestra mente no está
alineada con nuestro cuerpo, difícilmente tendremos un rendimiento óptimo.
La falta de motivación la
podemos superar determinando objetivos a corto, medio y largo plazo. Estos
objetivos se convierten para el corredor en retos y estímulos para sacarlo de
su zona de confort. Es muy importante para el éxito de la programación que esos
objetivos sean reales, es decir, posibles de alcanzar. Por supuesto partimos de
la idea de que el proceso demandará altos niveles de esfuerzo, sacrifico y
constancia, pero el tener metas que cumplir, definitivamente será un elemento
clave que nos mantendrá motivados.
Los objetivos pueden ser
variados y deben adaptarse a las circunstancias del corredor en particular. Así
podemos enfocarnos en participar por primera vez en una competencia de ruta,
lograr mejorar nuestro tiempo en una determinada distancia, acudir a un maratón
u otra prueba de renombre, o completar un circuito que integre diferentes
pruebas.
Después de logrado ese reto
o meta es habitual, sobre todo entre los corredores de maratón, el sentir como
un vacío y apatía por retomar las sesiones de ejercicio. Es comprensible que tras
meses de entrenamiento metódico, siguiendo planes de entrenamiento específicos,
el corredor se sienta agotado física y mentalmente. No hay que alarmarse por
ello sino aprovechar ese descanso, ya que la motivación acabará llegando más
temprano que tarde, en forma de un nuevo objetivo marcado en el calendario.
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