Buen miércoles amigos:
Os adjunto el último artículo que he publicado en la revista SPORTS & HEALTH, edición mayo de 2018, con relación a la necesaria etapa de "tapering" previa a participar en alguna competencia.
Si estáis interesados podéis leerlo directamente en el web de la revista en este ENLACE, en las imágenes insertas a continuación, o en modo texto al final de la entrada.
Saludos y nos vemos en la Ruta!!!
FER
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EL “TAPERING” DEL CORREDOR
La etapa de descarga
o “tapering” consiste en una
disminución progresiva de los kilómetros que se deben correr durante las
semanas previas a una competencia, así como ciertos ajustes en cuanto a la
intensidad y tipo de ejercicios a ser realizados. La reducción de los volúmenes
de entrenamiento antes de competir es una técnica que se ha demostrado
científicamente eficaz para que los corredores, después de duros e intensos
meses de entrenamiento, obtengan el día de la competencia un resultado óptimo.
La duración de la
etapa de “tapering” comprenderá desde
una a varias semanas, dependiendo de la exigencia y el kilometraje que suponga
la competencia en particular. De este modo los corredores dispondrán de un
mayor tiempo para el descanso y la recuperación, llegando mejor preparados,
tanto física como psicológicamente, para las exigencias que demandará la
carrera.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Mediante la
reducción gradual de los volúmenes de entrenamiento durante las semanas previas
a la competencia se buscan varios objetivos:
·
Recuperación de tejidos musculares, molestias tendinosas,
articulares y de ligamentos: después de
completar un plan específico de entrenamiento durante meses es frecuente que el
corredor haya acumulado un alto nivel de desgaste en su cuerpo. Aunque en
ocasiones no sea demasiado perceptible, suelen producirse micro roturas en los
tejidos así como diferentes procesos inflamatorios que afectan tanto a los
principales grupos musculares como a las articulaciones, tendones y ligamentos
de las extremidades inferiores. La etapa de descarga contribuirá a una mejora
de ese tipo de procesos, actuando de un modo reparador.
·
Reposición de los depósitos de glucógeno:
el combustible primario que demanda el organismo cuando nos ejercitamos a una
intensidad media o media-alta proviene del glucógeno, el cual acumulamos en nuestro
cuerpo tanto a nivel muscular como hepático. Después de semanas de intenso
entrenamiento es habitual que los depósitos de glucógeno en el organismo se
encuentren bajos, por lo que esta etapa de tapering
ayudará al proceso de recarga de energía. Por este motivo, los corredores en la
semana previa a una competencia de fondo suelen realizar lo que se conoce como carbo-loading, ingiriendo principalmente
alimentos con gran presencia de hidratos de carbono.
·
Aumento del volumen de glóbulos rojos en sangre:
el funcionamiento de nuestro cuerpo depende de la presencia de oxígeno para que
se puedan realizar los diferentes procesos, como la combustión celular. Cuando respiramos
el oxígeno es transportado por los glóbulos rojos a los tejidos corporales, y de
este modo los músculos tienen energía para efectuar su función. Al porcentaje
de glóbulos rojos en sangre se le conoce como hematocrito, y el mismo disminuye
después de periodos de entrenamiento y competición intensos. El entrenamiento
en altura, así como la supercompensación del organismo mediante la reducción de
los volúmenes e intensidad de los entrenamientos, ayuda a que los niveles de
hematocrito del corredor aumenten.
TIPOS DE DESCARGA
La etapa de descarga
es conveniente realizarla antes de cualquier competencia, pero como es lógico
tendrá mayor importancia cuanto más larga sea la distancia sobre la que se vaya
a competir. No hay que perder de vista que el trabajo ya está hecho, por lo que
durante esta fase se busca la recuperación y la puesta a punto más óptima
posible. Ganar en forma física no es una opción realista, pero en cambio sí
podemos llegar a la competencia en un estado de fatiga y agotamiento que nos
haga rendir por debajo de nuestras posibilidades.
·
Carreras de 5 kilómetros:
sería suficiente con solo cinco días de descarga, y para eventos de hasta 10
kilómetros la fase de descarga se ampliaría a los diez días previos. Para este
tipo de distancias, la descarga se concentraría básicamente en una reducción
del volumen de entrenamiento y en una disminución de la longitud de las series
e intervalos de velocidad, manteniendo casi invariable el nivel de intensidad.
·
Carreras de 21 kilómetros:
lo ideal es realizar tapering por dos
semanas. Durante la primera semana haríamos una reducción del volumen de
kilometraje total, completando solo el 75% del que solemos hacer con
regularidad. En cuanto a los ritmos, se mantendrían en niveles similares a los
habituales, con rodajes a ritmo aeróbico, y trabajos de velocidad de alta
intensidad. Las series e intervalos que programemos serán de tipo medio, sobre
600 a 800 metros. En la segunda semana del tapering,
la previa a la competencia, la reducción del kilometraje total llegaría al 50%
del volumen habitual. En cuanto a los ritmos, se mantendrían en niveles
similares a los habituales, con rodajes más cortos a ritmo aeróbico, y trabajos
de velocidad de alta intensidad. Las series e intervalos que programemos serán
preferiblemente cortos, en el orden de los 400 metros.
·
Maratón de 42 kilómetros:
lo ideal es realizar tapering por
tres semanas, partiendo de la base de que una maratón no es en realidad dos
medias maratones seguidas, sino que el nivel de dificultad y exigencia es mucho
mayor. Durante la primera semana la reducción del volumen de kilometraje total
sería de un 15% a 20% respecto del que completemos con regularidad. Así por
ejemplo, si nuestro volumen semanal previo era de 100 kilómetros, quedaría solo
en 80 a 85 kilómetros. Esta reducción afectaría preferiblemente a nuestro fondo
largo que debería ser un 20% a 25% más corto del máximo que hayamos realizado.
En cuanto a los ritmos, se mantendrían en niveles similares a los habituales,
manteniendo los trabajos de intensidad. Si nuestro número de sesiones era de
seis, podemos mantenerlas o incluir dos días de descanso.
En la segunda
semana de descarga, la reducción del volumen de kilometraje total sería de un
25% a 30% respecto del que completemos con regularidad. Así por ejemplo, si
nuestro volumen semanal previo era de 100 kilómetros, quedaría solo en 70 a 75
kilómetros. Esta reducción afectaría preferiblemente a nuestro fondo largo, que
debería ser un 40% a 50% más corto del máximo que hayamos realizado. En cuanto
a los ritmos, se mantendrían en niveles similares a los habituales, pero
reduciendo los trabajos de alta intensidad. Si nuestro número de sesiones era
de cinco, podemos mantenerlas o incluir tres días de descanso. Durante esta
semana es cuando deberíamos realizar alguna prueba para dentro de lo posible
comprobar si nuestras predicciones del ritmo al que tenemos pensado correr la
maratón son realistas, como el reconocido test del 2 x 6,000. En la última
semana de descarga la reducción del volumen de kilometraje total sería de un
50% a 60% respecto del que completemos con regularidad. Así por ejemplo, si
nuestro volumen semanal previo era de 100 kilómetros, quedaría solo en 40 a 50
kilómetros. Lo más recomendable es solo practicar durante tres días (lunes,
martes y jueves), teniendo en cuenta que el último día de la semana será la
competencia. Uno de esos días podemos trabajar intensidad muy corta, buscando
mantener la sensación de velocidad en las piernas pero sin comprometer la
musculatura. El martes de esta semana sería un buen momento para recibir un
masaje de descarga por parte de un profesional calificado.
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