Hola amig@s,
Termina el 2017 y con él se pasa página a muchos acontecimientos y experiencias vividos durante los últimos 365 días. Unos habrán sido más felices, otros más tristes, pero en el fondo cada uno de ellos marcaron nuestras vidas en este último año, y como tal hay que aceptarlos y dar gracias de haber tenido la oportunidad de ser actores principales de cada una de esas historias. Lo más importante es tener salud y afrontar el 2018 con ganas para seguir compartiendo la ruta con amigos y conocidos. Cada kilómetro recorrido, hay que considerarlo como una ganancia. Realmente somos unos auténticos privilegiados por poder hacer lo que nos gusta.
En cuanto a lectura, os comparto el último artículo que he publicado para la revista SPORTS & HEALTH, en esta oportunidad con relación a algunos de los errores más frecuentes que cometemos los corredores, no importa si llevamos en esto del running un año o más de una década.
Si estáis interesados podéis consultarlo en este ENLACE de la propia revista, en las imágenes insertas a continuación, o en modo de texto sencillo al final de la entrada.
No quiero despedirme sin desearos una muy Feliz Navidad para tod@s! ! !
Nos vemos en la Ruta!
FER
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CORREDOR,
APRENDE DE TUS ERRORES
Por Fernando Revuelta
No importa se trate
de un corredor novel, o ya experimentado, sucede con frecuencia que a pesar de haber
completado un programa específico de entrenamiento, llegado el día de la
competencia no se obtienen los resultados esperados. Ante esta realidad podemos
adoptar dos actitudes: la negativa, que es resignarnos y caer en el desánimo y
la frustración por no haber podido obtener el tiempo o puesto buscado; y la
positiva, que es analizar con tranquilidad las causas del mal desempeño, y
adoptar de cara al futuro los correctivos pertinentes.
Y es que aunque los
factores externos en ocasiones si tienen influencia en el rendimiento que
obtengamos en una carrera, en la mayoría de las veces no se trata de una
cuestión de buena o mala suerte, sino de elementos y decisiones personales, que
incluso pareciendo insignificantes, pueden hacer al final la gran diferencia
entre el éxito y el fracaso.
Siguiendo con esta
idea anterior, tengo por costumbre desear “éxito”
a los amigos y conocidos cuando van a participar en una competencia, y no
suerte, porque para mí eso sería tanto como asumir que su buen desempeño
depende en realidad del azar y no de un buen trabajo previo de preparación. Dicho
esto, os comparto una descripción de los 4 motivos, que según mi experiencia,
tienen mayor influencia a la hora de no obtener el resultado esperado en una
competencia.
ESTRATEGIA EQUIVOCADA
La causa más
recurrente por la que un corredor no alcanza el desempeño esperado se relaciona
con tener un objetivo no realista. Existen numerosas pruebas que sirven para
evaluar el tiempo objetivo que debe tener un corredor para una determinada
distancia, y así programar su ritmo de carrera. Pero los corredores tenemos la
tendencia a pecar de exceso de optimismo, y aunque los resultados de las
pruebas nos indiquen una cosa, solemos anteponer nuestros propios deseos,
pensando que el día de la competencia vamos a ser capaces de superar los
mejores pronósticos. Aunque en pruebas de distancia más corta los errores de
estrategia se pueden minimizar, no sucede lo mismo cuando se trata de una
maratón. El corredor debe de partir siempre con una estrategia realista
previamente establecida, y mantenerla durante todo el desarrollo de la prueba.
ARRANCAR EN FRÍO
Resulta curioso que
la gran mayoría de los corredores antes de realizar una sesión de
entrenamiento, sobre todo si involucra un ritmo intenso, completan un
calentamiento adecuado con trote y diferentes tipos de ejercicios. Pero cuando
se trata de una competencia, un gran porcentaje lo olvidan, como si todo aquel
esfuerzo físico realizado con anterioridad fuera contraproducente. La finalidad
de un correcto calentamiento es que todos nuestros músculos y articulaciones,
así como nuestro sistema cardiovascular, estén en condiciones de ser puestos a
prueba con un alto nivel de exigencia. Adicional un calentamiento adecuado
disminuirá el riesgo de sufrir lesiones. El calentamiento debe ser ordenado y
progresivo: ordenado por cuanto se repiten una serie de rutinas en un orden
lógico; progresivo porque se parte de una intensidad baja al comienzo y la
misma se va elevando de manera gradual hasta alcanzar la máxima intensidad al
final. Una buena sesión de calentamiento no debe durar menos de 20 minutos, y
puede llegar hasta los 40 minutos dependiendo de la duración de la carrera o el
clima ambiental.
EXCESO DE COMPETENCIAS
Cada vez los
calendarios de carreras incluyen un mayor número de competencias, y tendemos a
abusar de las mismas sin respetar los periodos de descanso. Hay que tener en
cuenta que a diferencia de los entrenamientos, en las competencias se llega a
un nivel máximo de exigencia y el organismo sufre un enorme desgaste. Aunque
cada persona tiene una fisiología diferente, y en la recuperación influyen
muchas variables como la edad y la condición física del corredor, hay una regla
que siguen muchos preparadores en el sentido de que por cada kilómetro que
hayamos completado en una competencia, deberemos tomar un día de descanso hasta
poder volver a competir al máximo nivel. De este modo, si la carrera fue de 10
kilómetros, no deberíamos competir al menos hasta después de pasados 10 días, y
si se trató de una maratón de 42 kilómetros, deberían ser 42 los días que
deberíamos dejar de competir.
COMBUSTIBLE A CERO
Cuando corremos la
energía que utilizamos proviene de dos fuentes básicas, las grasas y el
glucógeno. Las grasas son un combustible menos eficiente que el glucógeno, ya
que el proceso para convertirse en energía es más lento. Por este motivo,
durante una competencia el combustible primario que demandará el organismo
provendrá del glucógeno. La cantidad de glucógeno que se puede almacenar en el
cuerpo es limitada, por lo que si se realiza un ejercicio físico de larga
duración y no se repone, se agota. En esfuerzos de duración de hasta una hora u
hora y media, nuestro organismo no requiere de energía extra a la que tenemos
almacenada, pero si el tiempo de competencia es mayor, deberemos compensarlo
con la ingesta de carbohidratos que nos suministre energía adicional. Muchos
corredores no toman en consideración esta necesidad de reposición o la realizan
de manera incorrecta, por lo que de manera progresiva entran en lo que se
conoce como estado de fatiga, asociado a una disminución del rendimiento físico
que puede llegar a un grado crítico, obligando incluso al abandono.
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