Buen lunes amig@s,
Espero las festividades pasadas no os hayan dejado muy castigados, y sigáis con ánimos de correr. Para ayudar a que no os desconectéis del todo del ejercicio, aunque sea leyendo jajaja, os comparto mi última colaboración que ha salido publicada en la revista SPORTS & HEALTH, edición diciembre 2016, con relación a las Maratones y el Turismo.
Si estáis interesados podéis leer la nota en este ENLACE, ver la edición impresa en la imágenes insertas a continuación, o consultar el texto íntegro en modo sencillo al final de esta entrada.
Saludos y nos vemos en la Ruta!
FER
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MARATONES
Y TURISMO
Por Fernando Revuelta
Cada vez un mayor número de atletas
nacionales opta por correr en alguna de las principales pruebas de maratón que
se celebran a nivel mundial, siendo adicional una buena oportunidad para viajar
acompañado de la familia y pasar algunos días extras haciendo turismo.
Entre los destinos que están
teniendo mayor aceptación en los últimos años se encuentran las maratones de Nueva
York, Boston, Chicago, Las Vegas y Disney en Florida, por lo que respecta a los
Estados Unidos; las de Medellín y Buenos Aires en Sudamérica; Berlín, Roma,
Barcelona, Londres y París en Europa; y en la zona asiática las de la Gran
Muralla en China y la de Tokyo, que ha sido la última en incorporarse al
circuito de las Marathon Majors. Para concluir, y para aquellos corredores a
los que les guste lo extremo, también hay opciones tan exóticas como correr en
la aislada Isla de Pascua o la fría Antártida.
Si preparar un maratón a nivel
local es de por sí ya una tarea bien exigente y que conlleva semanas de duro
entrenamiento, la logística se complica enormemente cuando se trata de correr una
prueba en el extranjero. Hay importantes aspectos a tomar en consideración
cuando salgamos al exterior para que recordemos nuestro viaje como una
experiencia maravillosa, en vez de como una terrible pesadilla.
PRECAUCIONES BÁSICAS
Inscripciones: la mayoría
de los grandes eventos de maratón mundiales tienen cupos limitados de
participantes y suelen abrir el registro con muchos meses de antelación. Hay
que estar muy pendientes de cuando abre el periodo de aplicación, y en muchas
tener luego la suerte de ser elegido en el sorteo, pues suelen ser más los corredores
que optan por un cupo, que los disponibles. Para complicar más las cosas,
ciertas maratones, como por ejemplo Boston, exigen un tiempo mínimo de
calificación que varía tomando en consideración la edad y sexo del
participante.
Transporte: una vez
confirmado el cupo en el evento de nuestra preferencia, lo siguiente es
reservar los boletos de avión y el resto de facilidades disponibles para
desplazarse hasta el lugar de destino. Dejarlo para última hora usualmente será
sinónimo de pagar un precio más elevado y hasta tener que hacer complicados y
tediosos tránsitos.
Alojamiento: en nuestro
afán por obtener un alojamiento lo más económico posible para pernoctar durante
los días que vamos a estar en la ciudad donde se celebre la carrera, usualmente
recurrimos al internet y a portales con sugestivas ofertas, pero que realmente
no dan garantía de comodidad o limpieza. Otro asunto a tomar muy en cuenta es
la cercanía que tenga nuestro alojamiento al lugar de salida y meta del evento,
puesto que en ocasiones el transporte, al estar parte de la ciudad cerrada al
tráfico, se complica mucho. Aunque sea un poco más costoso, los organizadores
habitualmente establecen convenios con hoteles que se convierten en oficiales
de la prueba a unas tarifas reducidas, suministrando adicional el transporte en
buses hasta la salida el día de la prueba.
Feria del corredor: uno de los
atractivos que tienen las maratones de mayor renombre es la Feria, en la cual
los participantes retiran los días previos sus paquetes de carrera, incluyendo
el número, el sistema de control de tiempo y regalos de los patrocinadores como
el suéter. Sin nuestro número y chip de control no podremos participar, por lo
que hay que programarse para que esta sea una visita obligada cuanto antes, sin
esperar al último momento en el que por costumbre se suelen formar
aglomeraciones. Nuestra idea de descansar el día previo a la carrera no creo
contemple el estar de pie en una fila por varias horas.
Idioma: aunque para
la mayoría de los destinos a los que vayamos nos será suficiente con saber
español y algo de inglés, hay ciertas pruebas como Tokyo donde el idioma nos
puede jugar una mala pasada. Hay que prestar mucha atención a todas las
instrucciones impresas que suministre el organizador, sobre todo a aquellas
referidas a horarios, tiempos de paso y recorridos cuando se trate de varias
vueltas.
Vestimenta: en Panamá
contamos con un agradable clima durante todo el año y estamos acostumbrados a
correr con uniforme corto para mitigar en lo posible los efectos de una alta
temperatura y humedad. Con bastante probabilidad, en la mayoría de los principales
destinos a los que viajemos para correr maratón nos encontraremos con
temperaturas bastante más frías, siendo necesario adecuar nuestra equipación a
las nuevas circunstancias. Recuerda que en la distancia de maratón cualquier
improvisación puede tener nefastas consecuencias, todo debe de estar dispuesto y
probado con antelación.
Alimentación: puede
parecer lógico que si estamos en un país extranjero disfrutemos de la
gastronomía local, uno de los principales elementos diferenciadores de una
cultura. Pero de nuevo hay que extremar las precauciones y no pasarse de la
raya, ya que nuestro sistema digestivo puede ser el que finalmente sufra las
consecuencias de comer platillos con demasiadas especias, picantes o grasas. Lo
recomendable es mantener antes de la prueba una dieta alimenticia lo más
similar posible a la habitual, y tras concluir la carrera y durante los
siguientes días, abrirse a los placeres culinarios típicos.
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