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30 mayo 2016

Fatiga del Corredor

Buen lunes amig@s,

Inicia una nueva semana con el deseo de que sea productiva en todos los terrenos, familiar, laboral y deportivo,... y que llegue pronto el siguiente weekend jajaja :)

Para amenizaros un poco la jornada, os comparto el último artículo que he publicado en LA ESTRELLA DE PANAMÁ con relación a la fatiga del corredor. Espero os pueda ayudar para prevenirla y/o superarla en aquellos momentos en los que os sentís como si os hubiera pasado un metrobus por encima.

Podéis ver el artículo en línea en la propia web del periódico en este ENLACE, la página completa en la imagen inserta a continuación, o como texto sencillo al final de la entrada.

Fatiga del Corredor

Saludos y nos vemos en la Ruta!

FER


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LA FATIGA DEL CORREDOR, ENEMIGO A VENCER

La mayoría de las personas que incorporan la costumbre de correr a su rutina diaria, pasan por diferentes fases relacionadas con la mejora de su condición física. Al comienzo suele haber una primera etapa de iniciación en la que prima el sacrificio, y aunque existe una pequeña mejora, la misma se logra con mucho esfuerzo. Porcentualmente se calcula que un 80% de las personas que comienzan a ejercitarse trotando y corriendo abandonan la actividad en los primeros 30 días. Posterior a este comienzo, y si se mantiene la constancia en los entrenamientos, el corredor va adquiriendo con el paso de las semanas y meses diferentes tipos de habilidades, relacionadas con aspectos técnicos, rutinas de ejercicio, alimentación e hidratación, o vestimenta y material entre otros. En esta segunda fase la mejora del corredor es muy evidente, pudiendo completar cada vez mayores distancias y a ritmos más rápidos. Este progreso constante retroalimenta el espíritu y afán del corredor, haciendo en muchos casos que convierta su inicial afición en una de las actividades básicas en que termina por fundamentar y estructurar el resto de su vida. Es en esta tercera etapa cuando el corredor se acerca a sus límites naturales, ya que la mejora cada vez es menor y conlleva mayores sacrificios, tanto familiares como personales, surgen lesiones y enfermedades que no solo frenan el progreso sino que en ocasiones incluso producen una vuelta atrás, y con frecuencia la motivación y la fuerza de voluntad que le acompañó en todo el proceso comienza a desvanecerse.

LOS TRES PILARES

Los planes de entrenamiento para corredores tienen como denominador común que se diseñan con base en ciclos, en los que de manera progresiva se van incrementando los esfuerzos en cuanto a duración y/o intensidad. Esta programación tiene como objetivo permitir al cuerpo realizar esos trabajos exigentes por unos días, intercalándolos con otros de bajada o recuperación, en los que el organismo pueda asimilar los entrenamientos realizados. De este modo nos encontraríamos con tres pilares básicos que serían el propio entrenamiento, la necesaria asimilación del mismo y la posterior mejora. Al contrario de lo que se podría inicialmente pensar, entrenar más no significa que vamos a rendir mejor. El entrenamiento depende de muchos factores, personales, ambientales y sociales, y no se pueden generalizar planes que funcionen de modo homogéneo para todos los corredores. Como mucho, estos planes podrían servir a modo de referencia y como punto de partida, pero hay que individualizarlos dependiendo del caso concreto, darles seguimiento y supervisión de manera periódica por el entrenador, y por último ajustarlos en caso de ser necesario conforme a la evaluación que el técnico haga al comparar los entrenamientos versus los resultados.

SOBREENTRENAMIENTO

Aunque cumplamos con un programa adecuado de entrenamiento, a la larga alcanzaremos un punto de condición física en el que nuestra curva de progreso irá disminuyendo hasta casi estancarse. En esta etapa el incremento en el número de sesiones o la calidad de los entrenamientos que hagamos ya no se verá reflejado de manera tan notoria a la hora de nuestras competencias, siendo cada vez más difícil mejorar nuestros resultados. Es en estos momentos cuando el atleta puede llegar a pensar que ha tocado techo, y que la única manera de seguir mejorando es incrementar aún más las sesiones y los volúmenes. Así es como con frecuencia la persona acaba entrando en el fenómenos del sobreentrenamiento, generando cada vez mayor fatiga a su organismo que es incapaz de soportar los esfuerzos a los que se le somete.

CUERPO Y MENTE

La fatiga del corredor se define como una condición que afecta a su rendimiento y le impide mantener el nivel de esfuerzo, y se presenta en el atleta bajo una doble manifestación, afectando tanto al plano físico como al psicológico. Los que son corredores habituales, a buen seguro habrán experimentado días en los que realizar sus sesiones de entrenamiento o competir en un determinado evento se convierte en una misión casi imposible. Generalmente nuestro cuerpo y mente están alineados y nos proveen la fuerza y determinación necesaria para llevar a nuestro organismo a un alto nivel de esfuerzo físico, pero en ocasiones se produce una desconexión, y nos falla uno de estos parámetros. El otro en estos casos busca suplir la deficiencia, intentando minimizar la bajada del rendimiento. Pero en momentos muy puntuales, podemos sufrir lo que se conoce como “desconexión total”, en los que el físico no aguanta y la mente tampoco. Cuando eso pasa lo mejor es aceptarlo, interiorizar que no era el día y pasar página, dejando el análisis para las horas posteriores.

CAUSAS Y SÍNTOMAS

La fatiga puede originarse por muchos factores, bien de modo aislado o de manera conjunta, destacándose entre ellos el sobreentrenamiento, la falta de descanso y una deficiente alimentación. Con relación a la falta de descanso hay que puntualizar que no es lo mismo “dormir muchas horas que descansar”. El cuerpo del atleta necesito regenerarse, y eso lo logra principalmente durante las horas nocturnas pero también durante el resto del día. De igual modo tampoco es lo mismo “comer mucho que comer bien”, por lo que la persona que realiza ejercicio físico intenso debe someterse a un control regular a cargo de un nutricionista que le asegure está ingiriendo los niveles de energía necesarios así como los minerales, vitaminas y demás componentes esenciales para el correcto desempeño y funcionamiento de su organismo.

La fatiga deportiva se manifiesta por síntomas que en principio deberían ser fáciles de detectar para la persona, como por ejemplo dolores musculares y de las articulaciones, pérdida significativa de peso, aumento de resfriados y otros procesos virales por desequilibrios del sistema inmune, falta de apetito, ritmo cardíaco inusualmente elevado, alteraciones en el patrón del sueño, y disminución de la capacidad de concentración y motivación.

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