Buen jueves amig@s,
Os comparto mi última colaboración en la sección de Deportes de LA ESTRELLA DE PANAMÁ, con relación al tema de la seguridad de los corredores. Espero no tengamos que lamentar más accidentes y atropellos de deportistas si todos los usuarios de las vías ponemos algo más de nuestra parte.
Podéis leer el artículo directamente en la web del periódico en este LINK, ver la página completa en la imagen inserta a continuación, o consultar el texto íntegro al final de la entrada.
Fuerte abrazo y nos vemos en la Ruta!
FER
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
LA SEGURIDAD DEL CORREDOR
El trágico fallecimiento de
la triatleta Mónica Licona al ser atropellada por un vehículo en días pasados
mientras se ejercitaba con su bicicleta en la Avenida Balboa, ha abierto un
apasionado debate en los medios de comunicación y las redes sociales sobre la
seguridad de los deportistas que practican en las vías públicas. Los
corredores, considerados por el código de circulación como peatones, nos vemos
envueltos también con frecuencia en atropellos y accidentes con vehículos, en
los que en casi todos los casos, llevamos la peor parte.
No podemos negar la realidad
de nuestro país, con un sistema de transporte saturado en el que los vehículos
a motor tienen amplia prioridad, mientras que las calles y carreteras en su
mayoría presentan condiciones deficientes, incluyendo mala señalización, baches
y rajaduras en el pavimento, falta de aceras y arcenes adecuados, o presencia
de basura y maleza en los hombros por donde los peatones deberían transitar.
Cierto es que los corredores disponemos de algunas zonas seguras sin tráfico
vehicular donde podemos ejercitarnos, como pudieran ser parques o paseos
peatonales, pero de uno u otro modo, en algún momento siempre coexistiremos con
el tráfico al tener que cruzar calles o cuando corremos largas distancias en
carretera fuera de zonas urbanas.
Si bien son importantes las
campañas de prevención y las iniciativas que se puedan promover para
reglamentar el uso de las vías de manera responsable y tolerante por los
diferentes usuarios de las mismas, el mejor remedio que a corto y mediano plazo
tenemos los corredores para salvaguardar nuestra integridad física, no es otro
que mantenernos siempre alerta y velar por nuestra propia seguridad.
ANTICIPAR
EL PELIGRO
Aunque nada nos puede
garantizar que en un momento dado no tengamos un accidente al cruzar y correr
por calles y carreteras, el adoptar ciertas costumbres y precauciones puede
contribuir a minimizar el riesgo.
Los corredores, como
peatones que somos, constituimos el eslabón más débil de la cadena de usuarios
de las vías de circulación. Nuestro único chasis y defensa lo constituye el
propio cuerpo, protección muy frágil ante la acometida de un vehículo a motor,
e inclusive contra el choque con una bicicleta. Los corredores nunca debemos
confiarnos en la pericia o amabilidad de los conductores de los vehículos con
los que nos crucemos, sino pensar siempre en que van a actuar del modo menos
favorable a nuestros intereses.
Conforme a la reglamentación
vial, cuando los corredores compartamos las vías públicas deberemos ir por aceras
y arcenes de estar disponibles, así como cruzar las calles y carreteras por los
sitios previstos para ello o donde haya buena visibilidad, sin obstruir el
tráfico. En muchas ocasiones los corredores nos vemos obligados a ir por la
propia calzada, y entonces el peligro se torna mayor, sobre todo en momentos de
poca visibilidad. Muchos de los atropellos que se producen en nuestro país a corredores
se dan por incumplir éstos la norma básica al transitar en carretera: ir en el
carril contrario al de la circulación, y lo más pegado al borde de la calzada.
De este modo no solo veremos a los carros y otros vehículos que se aproximen de
frente, sino que permitiremos que ellos nos vean. Para facilitar esto anterior,
podemos señalizar nuestra presencia extendiendo el brazo derecho para que el
conductor se percate de que debe dejarnos un espacio. No dudes en detenerte o
salirte de la vía momentáneamente para facilitar adelantamientos y cruces de
vehículos, especialmente camiones y buses.
No todo va a ser negativo, y
a nuestro favor tenemos el hecho de que circulamos a una velocidad mucho menor
que la del resto de usuarios, lo que nos permitirá en la mayoría de los casos
poder anticipar el peligro, y tomar decisiones rápidas para salvaguardar
nuestra integridad física. Perder unos segundos al detenernos en un cruce, o
salirnos de la calzada mientras un vehículo nos supera, puede salvarnos la
vida.
SENTIDOS
ALERTA
Últimamente se ha puesto de
moda entre los corredores el llevar auriculares para escuchar música mientras
se ejercitan. Estos dispositivos como es obvio limitan la capacidad auditiva
del deportista, sobre todo si se llevan a un volumen alto, lo que aumenta el
riesgo de sufrir un accidente al no anticipar el corredor la presencia de vehículos
por el ruido de sus motores o la advertencia de sus bocinas.
En circunstancias de poca
visibilidad, como durante las horas nocturnas y en condiciones de fuerte
lluvia, es muy recomendable que el corredor se haga ver vistiendo prendas de
colores vivos que se destaquen en la oscuridad, inclusive chalecos reflectivos
que brillen intensamente cuando sean alumbrados por las luces de los vehículos.
También pueden ser muy útiles dispositivos luminosos intermitentes que el
corredor puede colocar en diferentes partes de su cuerpo.
EDUCACIÓN
VIAL
Se hace muy necesario
realizar campañas de educación vial desde la enseñanza primaria, enseñando el
debido respeto y tolerancia entre los distintos usuarios de las vías, y
poniendo énfasis en que los deportistas no deben ser considerados un problema,
sino parte de la solución. Todos debemos ser corteses en el uso de las vías, no
gritarnos ni lanzar objetos a otros usuarios.
En esta línea se manifiesta Isabel Loayza de Reyes, corredora que compite en maratones dentro y fuera de
Panamá: “para trotar de manera ocasional
y recreativa están las pistas, los parques recreativos como el Parque Omar, y
la Cinta Costera que tiene un camino lleno de adoquines. Pero los corredores de
larga distancia debemos entrenar en áreas abiertas y adecuadas para no sufrir tanto
impacto en las rodillas, tobillos, cadera y columna. A nosotros se nos dificulta correr en la
ciudad capital porque las aceras ya no son aceras, ahora son estacionamientos
de autos, también son usadas para construcción y muchas veces tienen obstáculos
y están rotas. La mayoría de las calles de Panamá no tienen hombros. Con el
corredor se debe tener tolerancia, nosotros también trabajamos, y tenemos
familia esperándonos en casa”.
Isabel
estuvo a punto de ser atropellada hace solo unos días, “el sábado pasado casi me arrolla un auto en la entrada de Albrook, ya
que en esa área no hay acera ni hombro y debes ir pegadito al monte. El carro
entró volando desde el puente que conecta Dorado con Clayton y Albrook, pero
como iba chateando ni se dio cuenta que venía la curva. Se abalanzó hacia mi
dirección pero el conductor se dio cuenta a tiempo y no me atropelló. En cambio
el conductor que iba atrás me gritó que buscase parque u oficio, igual que
otras muchas veces me gritan que vaya a atender a hijos o marido. No entiendo.
Yo no tengo culpa que las aceras estén llenas de basura, hierba alta, obstáculos
y carros estacionados. Los corredores debemos también organizarnos para que el
Gobierno y los estamentos públicos nos apoyen cuando nos ejercitamos en áreas
públicas”
No hay comentarios :
Publicar un comentario