TODO TIENE UN LÍMITE
Hola compañer@s de ruta:
Esta semana que pasó fue bastante complicada en el aspecto meteorológico. Mucha lluvia desde el jueves que dificultó los entrenamientos previstos, por lo que hubo que hacer algunos ajustes y modificaciones. Quedan solo dos semanas para la Maratón Internacional de las Américas, y un resfriado sería en estos momentos muy contraproducente. El sábado llegué incluso al extremo de correr una hora en la pequeña cancha techada del Parque Omar, pues había bajado temprano a la ciudad desde Las Cumbres. No conté las vueltas que completé pero estimo fueron más de 80. Un buen entreno psicológico la verdad que me va a venir bien. Ayer domingo de nuevo la fuerte tormenta que azotó a la capital postergó el fondo que tenía previsto hasta el mediodía, cuando las nubes dejaron de arrojar agua y truenos por un rato. De momento he podido manejar bien estas contrariedades, y pongo especial cuidado a la alimentación y suplementos para que el sistema inmunológico se mantenga a buen nivel.
En cuanto a mi actividad de escritor, os comparto mi última colaboración publicada ayer en LA ESTRELLA DE PANAMÁ, sección FACETAS, sobre el tema de la Obsesión por el Ejercicio. Podéis ver la NOTA PRINCIPAL en la web del periódico, la página completa en la imagen inserta a continuación, o como texto simple al final de la entrada.
OBSESIÓN POR EL EJERCICIO
Nadie pone en duda los beneficios y ventajas de realizar de
manera periódica ejercicio físico. Pero para determinadas personas puede llegar
a convertirse en una obsesión de fatales consecuencias
Aunque nos apasione realizar ejercicio físico y sea el
elemento principal que rija nuestra vida, todo tiene sus límites y no hay que
llegar al grado de que se convierta en obsesivo. El deporte debe dar equilibrio
y soporte a nuestra vida, armonizar con los demás componentes, incluyendo el
laboral y el familiar, y no anularlos. Mientras estos tres elementos se
mantengan en una proporcionalidad, apoyándose unos sobre otros, potenciado los
efectos beneficiosos de cada uno, todo debería fluir armoniosamente. Pero
cuando uno de ellos, en esto caso el ejercicio, acaba por tomar un papel
protagónico y toda nuestra vida se ve en función de esta actividad, se corre el
gran riesgo de que la tensión acabe por desbaratar ese frágil equilibrio.
El deportista debería saber dónde poner en ocasiones un
punto y aparte, sabedor en la mayoría de los casos de que no es un profesional
que se dedique a ello sino un aficionado. Los excesos nunca son buenos, y cada
actividad debe tener su espacio, por mucho que la pasión nos lleve a veces a
ver todo en función de nuestro próximo entrenamiento o competencia. Debemos
organizarnos para darle tiempo a nuestra familia, amigos y entorno.
RELACIONES PERSONALES
Para cumplir con regularidad una rutina de entrenamiento
físico, se requiere que la persona en cuestión le dedique un valioso tiempo,
tanto para cubrir los desplazamientos a las instalaciones o lugares donde se
ejercite, como el correspondiente a la propia práctica. Dependiendo del número
de sesiones de entrenamiento y la duración de las mismas, se puede estimar que
muchas personas ocupan tres, cuatro o incluso más horas diarias de su tiempo
libre en realizar ejercicio físico en modalidades como el ciclismo, running,
triatlón, natación o crossfit, sin que ello vaya aparejado necesariamente a
realizarlo de una manera profesional o competitiva. Compaginar ese nivel de
ejercicio con las relaciones personales sin duda no resulta sencillo, y cada
vez se dan más casos de problemas domésticos y separaciones cuando hay una
familia de por medio. Definitivamente la vida de pareja se verá afectada, tanto
en el aspecto afectivo como sexual, por lo que muchas personas deportistas acaban
buscando precisamente establecer lazos con otros deportistas, los cuales estarán
más proclives a comprender y sumarse a ese ritmo de vida.
El
SOBREENTRENAMIENTO
El deseo de obtener una mejora progresiva y constante en
nuestro desempeño físico puede llevarnos a caer a la larga en el temido
síndrome del sobreentrenamiento. Incluso aunque sigamos un plan adecuado controlado
por un entrenador o preparador certificado, será normal que en algún momento el
progreso de nuestra condición física se desacelere pudiendo llegar hasta casi
estancarse. En esos difíciles momentos el deportista puede pensar que ha tocado
techo, y que para mejorar la única manera es incrementar aún más las sesiones y
los volúmenes que realiza, entrando en un círculo vicioso. El
sobreentrenamiento se caracteriza por síntomas que en su conjunto deberían ser
fáciles de detectar para el propio deportista como por ejemplo la fatiga
muscular, dolor en las articulaciones, aumento de procesos virales,
alteraciones en el patrón del sueño, falta de apetito, o desmotivación. El
problema surge cuando el deportista no asocia estas señales al proceso del
sobreentrenamiento, o peor incluso las niega agravando aún más las
consecuencias. Así el sobreentrenamiento puede acabar instalándose en un
deportista llegando a provocar graves alteraciones y problemas de salud tanto a
nivel físico como psicológico.
DESCANSO Y
ALIMENTACIÓN
Independientemente de que por realizar nuestras rutinas de
ejercicio estemos cortos de tiempo, hay dos componentes que no deberíamos dejar
nunca de lado, como son la necesidad de dar descanso a nuestro cuerpo, aunado a
una correcta y completa alimentación. El descanso no solo hace referencia a las
horas de sueño nocturno, sino también a permitir que nuestro sistema cardio y
muscular tenga reposo de manera periódica programando al menos un día a la
semana como recuperación. En cuanto a la nutrición, es conveniente ponerse en
manos de un experto, y prestar especial énfasis en evitar carencias de
minerales y vitaminas debido al fuerte desgaste que el deportista va a sufrir.
CONTROL DEL PULSO
Para detectar la aparición del síndrome del sobreentrenamiento,
es conveniente controlar nuestro pulso en reposo todas las mañanas, al
finalizar sesiones de ejercicio exigentes, y pasado un tiempo después (ej.
15-30 minutos). Llevando un registro diario de estos valores, podremos
descubrir fácilmente variaciones al alza sin causa aparente, y así tomar
medidas preventivas para nuestra salud.
VALIOSOS
CARBOHIDRATOS
Los carbohidratos constituyen el principal aporte de fuente
de energía para nuestro organismo, siendo su consumo especialmente necesario
cuando se realiza actividad física de larga duración. Junto con las proteínas y
las grasas conforman la base de una nutrición equilibrada.
Esto es todo por el momento. Fuerte abrazo y nos vemos en la Ruta !
FER
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