Muy buenas compañer@s de ruta:
Hoy se celebra el día del periodista, y quiero en primer lugar felicitar a todos los que dedican su vida laboral a informar y colaborar en los diferentes medios de prensa, tanto audiovisuales como de prensa escrita. Durante los últimos años he forjado buena amistad con muchos profesionales del sector, y tengo que reconocer que no es nada sencilla la forma en que desarrollan su trabajo, en muchas ocasiones con ausencia de medios y apoyo adecuado. Estoy convencido en que gran parte del mérito de que el Running se haya convertido en Panamá en uno de las modalidades deportivas de mayor "tirón" en los últimos años, lo tienen los medios de prensa con sus reportajes, crónicas y fotos. Echando la vista atrás hace solo dos o tres años parecía impensable que en Panamá pudiéramos disponer de varios programas de TV y radio de contenido primordial running, así como revistas especializadas y un buen número de fotógrafos que cubren los eventos para sus redes sociales.
Aunque no soy periodista titulado si lo soy de vocación, y precisamente os quiero compartir mi colaboración en la revista SPORTS & HEALTH, edición noviembre 2013, en esta oportunidad sobre un tema que me apasiona como es la Maratón y la importancia del factor psicológico durante la fase de preparación y la propia competencia.
Podéis ver el artículo completo en la WEB de la revista, en las imágenes insertas a continuación, o como texto simple al final de la entrada.
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EL
PODER DE LA MENTE EN EL MARATÓN
El Maratón es por muchos
considerada como la prueba reina del atletismo de fondo por su tremenda
dificultad, independientemente del carácter élite o recreativo del corredor. Su
preparación, tanto en lo que respecta a las semanas de duración de los
entrenamientos como a la intensidad de los mismos, es ya por si sola una prueba
de eliminación, en la que gran parte de los candidatos finalmente optan o se
ven obligados a desistir de participar. Circunstancias de todo tipo pueden
surgir durante ese tiempo, incluyendo aquellas relacionadas con la salud
general del atleta como enfermedades, lesiones derivadas de la actividad
deportiva, viajes y compromisos de trabajo o familiares, así como pérdida de la
motivación por cansancio psicológico.
Durante el periodo
específico que suele durar un plan de preparación de maratón, los cuales varían
entre 10 a 16 semanas, casi siempre se pone el énfasis en el aspecto físico,
incrementando de modo gradual los volúmenes de las sesiones junto con
entrenamientos adicionales de fuerza, técnica de carrera, intervalos y series.
Pero generalmente no se le da la debida importancia a la preparación
psicológica del corredor, vital para afrontar tanto el periodo de entrenamiento
como la competencia en si misma.
SUPERANDO
EL DÍA A DÍA
Partamos de un sencillo
ejercicio para entender cuan importante es la motivación del atleta y lo
diferente que puede resultar su preparación dependiendo de la actitud que
mantenga ante determinados hechos y estímulos. Por ejemplo, en Panamá la lluvia
es un elemento cotidiano en muchos meses del año, especialmente presente en
horas de la tarde. Si eso es una realidad sabida y constatada, el corredor que
elija realizar sus rutinas en esas horas debe de tener presente que en
numerosas ocasiones la lluvia va a ser compañera de entrenamientos, y tendrá
que tener la suficiente fuerza de voluntad para cumplir con sus sesiones y no
optar por la vía fácil de quedarse cómodamente a resguardo. Siendo así, si cada
día que la rutina programada coincide con lluvia nos saltamos la sesión o la
acortamos, obvio que nuestra preparación se va a ver afectada. Cierto que
algunos atletas no tendrán la opción de salir a entrenar a otras horas del día,
pero muchos pudiendo entrenar de madrugada no tienen la determinación y
voluntad para pararse temprano y abandonar una agradable cama. El clima solo es
una muestra, pero hay muchos otros temas fuera de nuestro control referente a
familia, trabajo, viajes, enfermedades o disponibilidad de instalaciones, ante
los cuales podemos tomar diferentes actitudes y respuestas.
Lo que debemos de tener
claro desde el comienzo es que en el Maratón no todo es glamour, fotos en meta, risas y medallas. Preparar un maratón no es
algo tanto para súper atletas, pero si para súper personas que tengan una
cabeza “muy bien amueblada”,
organizados, disciplinados, constantes, sin dudas sobre su objetivo y la
determinación de conseguirlo. Aún llevando muchos años en el atletismo de fondo
os confieso que hay días que vacilo si salir a entrenar y me cuestiono si lo
que estoy haciendo es lo adecuado. Mi buen amigo Fernando Blanco, consumado
maratoniano, siempre me repite cuando le comparto estas sensaciones, “Tripi, es que esto de la maratón no es para
el todo el mundo”. Y es cierto, y me reafirmo en lo que dije antes, no es
tanto el tema físico como el sacrificio y lo duro que es cumplir con un plan de
larga duración compatibilizándolo con el trabajo, familia, y demás ocupaciones
del día a día.
LOS
PRIMEROS 32 KILÓMETROS
Una frase dice que “en el maratón se corren los primeros 32
kilómetros y se compiten lo últimos 10”. En esa primera etapa deberíamos
correr de manera conservadora, todavía confiando en nuestras fuerzas y con la
mente clara sobre la estrategia de carrera. Cuando en el maratón todo va bien y
dentro de lo planeado uno mantiene una actitud concentrada y positiva, pero
cuando algo se tuerce de igual modo todo parece complicarse y es frecuente que
nos resignemos, cayendo en una actitud pesimista y derrotista. Así es usual que
ante la presencia de fatiga, o hechos como acumular retraso en los tiempos, una
ampolla o molestia muscular, mal funcionamiento del reloj, equivocación en el
trazado de la ruta, o que nos supere otro competidor, pasemos de un estado
concentrado a un estado de frustración abandonando nuestro objetivo y cayendo
en un ritmo de supervivencia en el que poco importa el desenlace. Creo que
todos los corredores recordamos episodios en los que nuestra fuerza mental se
vino al piso y hemos corrido con el único objetivo de terminar sin importar ya
el tiempo o los rivales que pudieran estar delante o detrás.
Sabedores de que durante una
prueba tan larga como el maratón nos pueden suceder numerosas circunstancias
imprevisibles, sería más eficaz entrenar nuestra mente para que ante la
aparición de las mismas podamos actuar de manera eficiente, intentando buscar
soluciones, y no entrar en dinámicas de buscar explicaciones a las causas o
solo maldecir nuestra mala fortuna. Por supuesto que es bueno que en la salida
de una prueba de este tipo se tenga un plan original a seguir, pero de igual
modo es deseable tener una flexibilidad en los objetivos, un plan “B” e
inclusive un plan “C”, que nos permitan minimizar los “daños” ante cualquier eventualidad negativa que suceda en el
evento.
DEL
MURO A META
El llamado muro se relaciona
a los kilómetros 32-35 del maratón, y se asocia con una bajada de rendimiento
notable de modo brusco. El ritmo que se ha mantenido constante durante la
primera parte empeora drásticamente sin causa aparente, mientras que nuestro
cuerpo siente un cansancio y fatiga que nos parece insalvable. La mente que
hasta ese momento se ha podido mantener centrada en nuestro objetivo, empieza a
generarnos dudas sobre si nuestra preparación ha sido la más adecuada, y sobre
si podremos cumplir con las metas propuestas. En esos momentos sentiremos que
ya hemos completado mucha distancia, más de ¾ partes del recorrido, pero de
todos modos el tramo faltante nos parecerá inacabable, como si cada kilómetro
midiera el triple de lo que es habitual. Dejaremos de pensar en segundos y
pasaremos a calcular en minutos, porque si ganar unos segundos de tiempo cuando
uno está en ritmo adecuado supone un gran esfuerzo, perder minuto tras minuto
en la fase del muro hasta meta es algo usual.
La presencia de familia y
amigos que nos animen en la ruta puede suponer en estos momentos un estímulo a
nuestra bajada de rendimiento, pero lo que realmente nos puede ayudar a
sobrellevar la situación es concentrarse en lo que estamos haciendo.
Interiorizar también todas esas jornadas de entrenamiento que uno ha realizado,
sobre todo fondos en solitario en donde ha podido experimentar ya algunos
síntomas parecidos. Toca exigirse hasta los límites de lo
razonable, sabedores de que una vez que se cruce la meta ya no habrá opción de
cambiar el desenlace. La historia ya estará escrita. Se podrá obtener un mejor
o peor puesto, una mejor o peor marca, pero si ponemos en la competencia lo
mejor de nosotros mismos siempre seremos ganadores.
¿Nos vemos en la Ruta?
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Espero mis propias experiencias os puedan ser de utilidad, y desearos el mejor de los éxitos para los eventos de maratón que se vienen las próximas semanas.
Nos vemos en la Ruta !
FER
Excelte... los primeros 30K con las piernas, los siguientes 10k con la cabeza y los ultimos 2.95k con el corazon.
ResponderEliminarMucha suerte...
Gracias Franklin,....así mismo es,...saludos
ResponderEliminarFER