Besando el piso

Hola compañer@s:

Mitad de semana que empecé con muchos ánimos pero aquí estoy dando a la tecla sentado en la oficina como Ecce Homo. Me duele todo el cuerpo, y es que durante el entreno de esta mañana tuve un tropezón y subsiguiente caída contra el piso cual si fuera un saco de patatas. Quería hacer un fondito de 15 kms por Ciudad Bolivar y los trillos de la Paralela y cuando ya solo me quedaban unos 2 kms para terminar me he visto de una vez tumbado a lo largo contra el pavimento. No soy de tener muchos tropiezos, ya que recuerdo que la última vez que acabé regado en el piso fue hace 4 años durante la Maratón Trail del Valle. Si he sufrido después algún traspiés, de esos que te ves descompensado a punto de pegarte un porrazo pero en los que en el último momento logras equilibrarte de forma milagrosa. Hoy no hubo tal opción. Donde me he caído se trata de una zona al lado de la calle que es como un parking de tierra improvisado donde la lluvia ha ido dejando partes de rocas grandes asomando. Es como un pedregal pero con muchas de las piedras bien amarradas al piso. Es el peor firme en el que puedes sufrir una caída. En tierra o grama las secuelas muchas veces son anecdóticas, incluso en asfalto generalmente solo se provocan raspaduras. Pero cuando hay piedras involucradas actúan como arietes cortantes que se te clavan y desgarran la piel, adicional al propio traumatismo del golpe. 

Quizás siendo ya el final del entreno y después de esquivar bastantes zonas con barro, salvar montones de huecos, grietas, desniveles, postes, aceras y similares, adicional a enfrentar más de 30 perros callejeros, mi nivel de concentración se había relajado. He sentido como si tuviera unas bisagras en los pies y me hubiera plegado de un solo contra el piso. Puse ambas palmas para protección, y con el impulso luego me quedaron los brazos extendidos debajo del cuerpo como si tuviera las manos en los bolsillos. En esta "grotesca" postura me he quedado durante unos segundos mientras evaluaba los daños, antes de poder voltearme. 

Ya veis por las fotos como han quedado las manos y los codos, pero sobre todo las rodillas. Me he sentido como un inútil ahí tirado, mientras un poco de gente se reía de mi en vez de preocuparse por si necesitaba alguna ayuda. Incluso antes de caer adelanté a varias personas, las cuales pasaron por mi lado a los pocos segundos sin tan siquiera preguntar si estaba bien. La verdad que a uno le duelen físicamente las heridas, pero también quedas dolido en el alma de ver que sociedad estamos creando.

Después de levantarme volví trotando ya suave, mientras por los cortes en las rodillas fluía un pequeño reguero de sangre. Creo que eso ayudó a que el hematoma por el golpe y la inflamación fueran menores. Al llegar a casa me arranqué la piel levantada para desinfectar bien las erosiones, y ahora estoy con analgésicos para aliviar el dolor. Las heridas sanarán aunque den algo de guerra, pero me preocupa como evolucionarán las rodillas. Espero poder seguir entrenando conforme al plan previsto aunque le tenga que bajar un poco la intensidad. 

Dicen que "mal de muchos consuelo de tontos", pero bueno, hace 3 semanas mientras entrenaba era mi compañero Fernando Blanco el que se tropezaba con un policía muerto (resalto) y acababa también besando el pavimento bien golpeado. "No hay dos sin tres", ya veis que soy muy refranero, así que mil ojos en la calle para evitar caídas y accidentes.

Fuerte abrazo y nos vemos en la Ruta, pero no tendidos en el piso :)

FER