Amaneciendo en Gamboa

Buen domingo amig@s:

Espero que hayáis podido disfrutar de vuestros entrenamientos hoy, ha hecho un día fantástico, ideal para la práctica deportiva. En jornadas como la de esta mañana se hace mas patente que somos privilegiados por poder hacer lo que nos gusta, en sitios preciosos, y para poner la guinda al pastel, rodeado de amigos.

El despertador sonaba hoy a las 4.30 am pues al poco pasaba a recogerme Fernando Blanco para llegarnos hasta Gamboa. Ninguna pereza hoy para levantarme ya que tenía tremendas ganas de volver al Pipeline (Camino del Oleoducto), y disfrutar de su exuberante y preciosa vegetación. En el área de la estación de policía nos juntamos finalmente un grupo de 7, con viejos conocidos como el chiricano Concepción, el pelaito Josue y Lourdes Ugarte, así como un par de nuevos runners, la chama Karelis y el chorrerano Jonathan.

Como teníamos objetivos diferentes a completar, Blanco y yo arrancamos un poco antes de las 5.45 am todavía con las sombras de la noche en el horizonte, camino al puente vehicular para completar un loop por terreno plano antes de entrar al camino de tierra del Pipeline. El resto del grupo se quedó calentando un poquito mas y se perdieron el impresionante amanecer que se veía emerger del Lago Gamboa cuando pasamos por el frágil puente de metal y crujientes maderas. 

Del otro lado y en pleno Canal, un carguero transitaba deslizándose sobre una superficie de aguas calmadas. Para completar el escenario por si lo anterior no fuera suficiente, un Arco iris completo rodeaba como si fuera una imagen de postal a una enorme draga flotante de la Autoridad del Canal. No pude menos que sacar el celular para tomar unas fotos, aunque para nada hacen justicia al tremendo espectáculo del que pudimos disfrutar. 

A la entrada del Pipeline alcanzamos al resto del grupo y ya nos insertamos en medio de la vegetación, corriendo por un camino que según íbamos avanzando cada vez estaba mas lleno de zonas con mucho barro y lodo. Los que sois asiduos de mis entradas ya sabéis que me encanta correr en este tipo de ambientes, y que el lodo no me asusta sino todo lo contrario. Me siento como mas identificado con el medio y una vez que ya he metido la primera vez la pata jajaja, pues ya de ahí para adelante no ando dando muchos rodeos y agarro trayectoria por el medio, haya lo que haya.

Blanco y yo pusimos un buen ritmo y así nos llegamos hasta la llamada "loma de la muerte", pero que hoy subimos con bastante facilidad, tanto así que una vez arriba llegamos hasta dudar de que realmente esa fuera la loma en cuestión sino una anterior. Aprovechamos para tomar rápido unas fotos, y seguimos de frente hasta que el crono nos marcó 1h10 de tiempo, punto en el que iniciamos el retorno. En el regreso fuimos aumentando el ritmo, y nos sentimos bastante cómodos, creo que los entrenamientos están empezando a aflorar. 

En muchas zonas árboles caídos y numerosas ramas hacían peligroso mantenerse erguido

Ya cerca de salir del Pipeline nos cruzamos con los amigos de Fondito que estaban también corriendo en sentido contrario pues arrancaron a las 7.00 (ver FOTOS). Hoy no pude coordinar con ellos en el horario pero ya habrá oportunidad de hacerlo en otro fondo, y disfrutar del picnic posterior. Les tengo prometido una tortilla española para que vean que el Tripi también cocina, no se desesperen amigos jejeje :)

Finalmente alcanzamos como queríamos las 2 horas, completando hasta que el GPS nos avisó del km 25. Muy buen entrenamiento y lo mejor que ninguno de los dos notamos molestias musculares o tendinosas, que a nuestra edad ya pre-geriátrica es importante jajaja. 

Jonathan, Lourdes, Blanco, Karelis, Concepción y Josue

Mientras nos cambiamos echamos los típicos cuentos y jodedera correspondiente, sin la cual ningún entrenamiento estaría completo. La verdad que las zapatillas y piernas quedaron bastante enlodadas como se aprecia en las fotos.

Ahorita voy a meterme en la cama y agarrar un 5, un 10, jejeje, o lo que salga, porque con estos madrugones del week end, luego ando toda la semana dando cabezazos.

Un abrazo y nos vemos en la ruta,

FER