Allons Enfants de la Patrie

Aunque domingo, hoy el día comenzó también temprano.

A las 5.45 am de noche cerrada ya estaba esperando en el portón de casa a mi amigo Patrick Niau, un atleta francés radicado desde hace 2 años en Panamá y que vive cerca de mi casa en El Peñón. Me recogió con puntualidad "europea" y nos fuimos hacia Gamboa a correr en el Pipeline. El día estaba bastante nublado y fresco, y cuando nos internamos corriendo dentro de la jungla todavía sentimos con mayor intensidad la alta humedad del ambiente. Patrick recién está comenzando de nuevo a entrenar fondo y la idea era hacer 2 horas tranquilos en plan aeróbico.

Al poco de comenzar a correr oímos algunos gritos aislados de monos aulladores, pero cuando saqué el celular para grabarlos la jungla se quedó en silencio, si es que así se puede decir, ya que realmente la jungla nunca descansa. Correr en el Pipeline, o Camino del Oledoducto como se le llama en castellano, es una experiencia especial. Solo había estado en otra ocasión con anterioridad con los amigos del Trail, pero aquella vez éramos un grupo muy numeroso y al ir mas entretenido no me había percatado tanto de la majestuosidad y la impresionante vegetación de todo este Parque Natural.

De hecho ya de camino a Gamboa pudimos ver en la propia carretera que en varias semanas acogerá la Media maratón de Summit a fauna salvaje variada, como gatos solos, ñeques, lo que parecía ser un oso perezoso, y gran cantidad de mariposas Morpho azules. El Pipeline es un sitio muy apreciado por turistas extranjeros que llegan para avistar aves, una de las grandes riquezas de Panamá, que para la mayoría de los que aquí vivimos nos pasa desapercibida.

Durante el recorrido y como íbamos conversando, nos saltamos una de las desviaciones del Pipeline y terminamos equivocados en un centro de interpretación de la naturaleza de la Autoridad Nacional del Ambiente. Todo lo que tuvimos que hacer es preguntar y volver sobre nuestros pasos. Cuando uno corre en trail las distancias o los recorridos poco importan, siempre hay oportunidad de volver a tomar el camino correcto y continuar hasta donde uno quiera girar. Trail es lo que sobra. En otras condiciones y para correr 2 horas hubiéramos necesitado mucha mas hidratación, incluso el camelback, pero hoy nos llegó con el cinturón y un par de botellas. Corrimos muy relajados a ritmo tranquilo, y cuando el cronómetro marcó que llevábamos 1 hora simplemente paramos y nos dimos la vuelta.

Le tomé una foto a Patrick en ese punto del recorrido, pero debido a la falta de luz por la penumbra de las copas de los árboles y la vegetación no quedó muy nítida. De todos modos se aprecia su fuerte tren superior recuerdo de sus largos años de nadador de competición.

En el regreso nos cruzamos con algunos bikers y turistas cargados con sus enormes trípodes y cámaras para fotografiar aves, pero no vimos a ningún corredor. Como de vuelta no tuvimos que hacer el loop de la equivocación, al final hicimos un total de 1h50, que contando desde la misma orilla del Canal donde partimos según el GPS fueron 18.4 km. A solo una semana de la dura Maratón del Valle el long run de hoy era de pura recuperación.

La verdad es que correr acompañado es magnífico, y mas con Patrick que al ser Europeo como yo pues tenemos una cierta química y podemos hablar de recuerdos y sitios comunes que ambos conocemos.

Mientras estirábamos después de terminar, pasó justo enfrente por las esclusas de Pedro Miguel un gran mercante cargado de containers dirección al Atlántico, y aproveché para sacar la foto que encabeza la entrada. Creo que la experiencia fue muy positiva y de seguro quedaré con Patrick para algún otro long run dominical. Enchanté ami ! ! !

FER