Buen lunes amig@s,
No se si será debido a las consecuencias del cambio climático, pero estamos sufriendo durante estas semanas una alteración en el patrón habitual de las lluvias en Panamá. Usualmente las mañanas se mantenían despejadas y permitían completar sin problemas las sesiones de entrenamiento, mientras que a partir del mediodía, era que el cielo comenzaba a nublarse y en la tarde se desataban las tormentas. Actualmente en cambio son frecuentes las madrugadas que comienzan pasadas por agua, complicando mucho la logística del resto del día para los corredores que tenemos por costumbre completar nuestras rutinas temprano. Confiemos que la climatología vuelva pronto a sus parámetros normales.
En cuanto a las colaboraciones que mantengo en diferentes medios de prensa, os comparto en esta oportunidad el último artículo que he publicado para la revista SPORTS & HEALTH, edición de junio 2017.
En esta ocasión he escrito sobre la respiración para corredores, añadiendo algunos consejos para optimizar nuestro rendimiento. Si estáis interesados podéis ver la nota íntegra en el propio web de la revista en este LINK, en las imágenes insertas a continuación, o en formato de texto al final de la entrada.
Saludos y nos vemos en la Ruta!
FER
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RESPIRACIÓN
PARA CORREDORES
Por Fernando Revuelta
Con bastante frecuencia hay corredores que me
preguntan qué deben hacer para respirar mejor durante sus sesiones de
entrenamiento y competencias, ya que según ellos, llega un momento en que les “falta el aire”. Tener una buena técnica
respiratoria es fundamental para cualquier persona, pero muy especialmente para
los deportistas.
EL AIRE
QUE RESPIRAMOS
Lo primero que hay que aclarar, es que del volumen
total de aire que penetra en nuestros pulmones cuando respiramos, solo un pequeño
porcentaje aproximado del 20% corresponde realmente a oxígeno. Desde los
pulmones el oxígeno es transportado mediante la circulación sanguínea a través
de los glóbulos rojos (eritrocitos) a
los diferentes tejidos corporales. El cuerpo humano depende totalmente de la
presencia de oxígeno para que se puedan realizar los diferentes procesos
vitales, como la combustión celular. Así nuestros músculos tendrán energía y podrán
efectuar su función. Cuando corremos la demanda de oxígeno de nuestro organismo
se incrementa, y cuanto más rápido corremos, más oxígeno necesitamos. Si
llegamos a un punto en que el oxígeno escasea, terminará apareciendo la fatiga
muscular y disminuirá nuestro rendimiento.
AERÓBICO
– ANAERÓBICO
Hay dos conceptos básicos en cuanto a la
resistencia que están íntimamente relacionados con el volumen de oxígeno
consumido por nuestro cuerpo al realizar ejercicio físico:
Resistencia
aeróbica:
aeróbicamente nuestro cuerpo consume similar cantidad de oxígeno de la que
ingresa a nuestro cuerpo. Por lo tanto existe un equilibrio y la actividad
física realizada a intensidades bajas o medias puede ser de larga duración.
Mediante un sencillo test de esfuerzo podremos determinar nuestro umbral de
pulsaciones aeróbico (latidos del corazón por minuto), y siempre que nos
mantengamos por debajo del mismo, estaremos trabajando la resistencia aeróbica.
Este umbral, aunque varía dependiendo de cada persona en particular según sus
condiciones físicas, edad y factores afines, suele oscilar entre las 150 a 165
pulsaciones por minuto (70% de la frecuencia cardiaca). Si bien los atletas
experimentados pueden correr cerca de su umbral aeróbico teniendo solo como
referencia sus propias sensaciones, para el resto de los aficionados será de
mucha utilidad contar con un pulsómetro que mida nuestros latidos.
Resistencia
anaeróbica: cuando
realizamos un trabajo anaeróbico no existe equilibrio entre el oxígeno que
ingresa al cuerpo y la cantidad que consumimos, ya que el aporte de oxígeno es inferior,
y se crea entonces un déficit en nuestro organismo. Como es obvio, las
actividades anaeróbicas son de alta intensidad y de corta duración. Los
entrenamientos anaeróbicos, también llamados en deuda de oxígeno, los
realizaremos con ayuda del pulsómetro trabajando en segmentos de tiempo
variable por encima de nuestro umbral aeróbico.
FRECUENCIA
RESPIRATORIA
Antes de entrar en el fondo de esta cuestión, os
propongo como punto de partida realizar unos sencillos ejercicios. El primero
sería en completo reposo, estando bien relajados, contad ayudados por un reloj
el número de respiraciones completas que dais en un minuto. Cuando hablo de
respiraciones completas incluye tanto la inspiración como la espiración. El
segundo ejercicio en cambio sería en activo, corriendo de modo suave, contando
cuantas zancadas dais durante la fase de inspiración, y cuantas zancadas os
lleva espirar.
Como normal general, las personas en estado de
reposo damos un promedio de 12 respiraciones por minuto, o lo que es lo mismo,
una cada cinco segundos. Como es obvio, las personas que tienen reducida su
capacidad pulmonar por motivo de tabaquismo, o sufren de otras patologías
respiratorias, tendrán una mayor frecuencia. Respecto de la cadencia
respiratoria en activo, los corredores habituales realizan una inspiración cada
dos o tres zancadas, y la subsiguiente espiración también cada dos o tres
zancadas (2/2 o 3/3), aunque puede haber variaciones dependiendo de las
circunstancias (2/3 o 3/2).
MEJORANDO
NUESTRA RESPIRACIÓN
Las personas tenemos una capacidad pulmonar
aproximada de cinco litros, aunque algunos deportistas élites pueden llegar
hasta siete u ocho. La capacidad pulmonar es diferente al volumen de aire
cuando respiramos, ya que de manera normal solo almacenamos medio litro, y
aunque forcemos la respiración tanto al inspirar como al espirar, solo podremos
movilizar tres litros y medio. Eso significa que por mucho empeño que pongamos,
nunca desalojaremos la totalidad del aire de nuestros pulmones.
La inspiración al correr debe realizarse por ambas
vías, nariz y boca. Cuanto mayor sea la cantidad de oxígeno que logremos
introducir a nuestro organismo de un modo eficiente, en igual medida podremos
incrementar nuestro rendimiento. Respecto de la espiración, la misma se debe
realizar exclusivamente a nivel de la boca. Cuando corremos distancias medias y
largas, aunque sea a un ritmo elevado, hay que intentar respirar de manera
relajada, sin estar tensos ni forzar, buscando una respiración profunda en la
que sintamos trabaja no solo nuestro tórax sino también el abdomen. Debemos
tener nuestras vías nasales despejadas, y mantener la boca entreabierta para
facilitar el ingreso y salida del aire. Las fases de inspiración y espiración
pueden realizarse en un único impulso, aunque algunos corredores prefieren que
sea doble (inspirar, inspirar, espirar,
espirar).
La cadencia de respiraciones por minuto va a ser
algo muy particular de cada corredor, ya que el cuerpo va a ser el que
finalmente determine la cantidad de oxígeno que requiere para poder mantener el
nivel de ejercicio en el momento concreto. Una mayor cadencia no supone
necesariamente una mayor eficiencia, ya que si caemos en un jadeo en el que no
damos tiempo a que el aire ingrese de manera completa, ni que el dióxido de
carbono sea expulsado, podremos provocar una hiperventilación y sentir mareos.
Cuando realizamos un rodaje aeróbico la mejor manera de saber que llevamos una
buena cadencia de respiración es si somos capaces de poner mantener una
conversación. Si nos sentimos ahogados, es que el ingreso de oxígeno no es
suficiente.
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