Buen miércoles amig@s,
Os comparto a continuación algo de lectura con el último artículo sobre running que he publicado en la revista SPORTS & HEALTH, en su edición de abril de 2017. El tema en esta oportunidad fue si el velocista nace o se hace, un debate que genera opiniones encontradas entre técnicos y estudiosos de la ciencia deportiva.
Si estáis interesados podéis consultar el artículo completo en el web de la revista en este ENLACE, la edición impresa en las imágenes insertas a continuación, o como texto sencillo al final de la entrada.
Saludos y nos vemos en la Ruta!
FER
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EL
VELOCISTA, ¿NACE O SE HACE?
Por Fernando Revuelta
La pregunta que da título a
este artículo es una de las que más debate y controversia genera entre atletas,
técnicos e investigadores. A pesar de que se han realizado hasta la fecha
numerosos estudios con el ánimo de poder dar una respuesta final y definitiva
sobre el tema, no existe un consenso respecto de si la condición de velocidad
en un deportista proviene principalmente de aspectos relacionados con su
pasaporte genético y antropometría, o es derivada de la calidad y el tipo de
entrenamiento realizado. ¿Es Usain Bolt entonces un portento de la naturaleza,
o un corredor que desde niño ha seguido un metódico entrenamiento para llegar a
ser el rey de la velocidad? Quizás la respuesta más correcta sea decir que
igual de importante es una cosa como la otra, ya que “sin tener unos buenos
mimbres, es imposible fabricar una buena canasta”.
ESTUDIOS CIENTÍFICOS
Hace tan solo unos años se
realizaron diferentes estudios en las universidades de Estados Unidos de
Burnaby y Pensilvania en las que se examinaron las características
antropomórficas de deportistas pertenecientes a diferentes disciplinas
atléticas, tanto de distancias cortas como de fondo. Entre las principales
conclusiones que constataron es que los corredores de velocidad generalmente
tienen los dedos de los pies más largos, sobre todo el dedo gordo, que los del
resto de atletas. Así la longitud media de las falanges de los velocistas
serían de 8.2 centímetros frente a los 7.3 centímetros del resto de corredores.
Otra particularidad de los velocistas sería que su tendón de Aquiles, pieza
fundamental a la hora de generar potencia en la zancada, sería de media un 25%
más corto que el de corredores de fondo. Esto tendría en la práctica gran
trascendencia, ya que los velocistas podrían por ello retrasar la contracción
del músculo y desarrollar más velocidad.
ECTOMORFO Y MESOMORFO
Con estos dos términos se
denomina el biotipo de las personas, es decir, su aspecto general. Las personas
ectomorfas se caracterizan por tener una pequeña estructura ósea y ser
generalmente delgadas. Este biotipo se corresponde con el de los atletas de
África del Este, como keniatas y etíopes, que actualmente son los grandes
dominadores de las pruebas de fondo a nivel mundial, y que poseen extremidades
inferiores largas y delgadas, las cuales ocupan gran parte del total de su
cuerpo. Las personas mesomorfas en cambio suelen ser de elevada estatura y
porte. Así los atletas de velocidad se corresponden con sujetos de amplia
estructura ósea y con una musculatura muy definida en todo el cuerpo,
incluyendo los brazos, tórax y piernas. Esto es típico en los atletas de África
Occidental de naciones como Nigeria, Camerún o Angola, y también en velocistas
descendientes de estas etnias muy presentes en Estados Unidos, Reino Unido y
países del Caribe como Jamaica. Usain Bolt, Asafa Powell o Yohan Blake, serían
claros ejemplos de biotipo de velocista.
FIBRAS MUSCULARES
Los músculos de nuestro cuerpo
están conformados por diferentes tipos de fibras que se clasifican en rápidas,
lentas e intermedias. Las rápidas se contraen muy rápido después de ser
estimuladas, tienen un gran diámetro, y se agotan con rapidez. Por el contrario
las fibras lentas, también denominadas “rojas”, demoran tres veces más en
contraerse que las rápidas, tienen un diámetro reducido a la mitad respecto de
éstas, y pueden trabajar sin fatiga por largos periodos de tiempo. Las
intermedias por último, comparten características de ambas. Son precisamente
estas fibras intermedias las que podemos adecuar en mayor grado para que
trabajen como fibras rápidas o lentas dependiendo de la modalidad de
entrenamiento que realicemos a largo plazo. En consonancia con esta idea
anterior, los estudios científicos llevados a cabo en centros de alto
rendimiento deportivo han constatado que los velocistas tienen un porcentaje de
fibras rápidas y explosivas en su cuerpo del 70 al 80%, mientras que en los
corredores de maratón por ejemplo, predominan las fibras lentas en similar
proporción, lo que les permite economizar su gasto de energía al correr durante
mayor tiempo.
GENÉTICA Y ENTRENAMIENTO
La mayoría seremos capaces de
recordar nuestros tiempos de escuela, y cómo en las clases de gimnasia cuando
nos ponían a correr, había algunos compañeros del salón sin aptitudes físicas
aparentes, incluso con exceso de peso manifiesto, que eran capaces de correr
muy deprisa distancias cortas, mientras que en distancias más largas se rendían
enseguida agotados al final del grupo. Esto que podría parecer una simple
anécdota, esconde tras de sí una de las verdades del rendimiento deportivo: la
predisposición genética y la capacidad innata de algunas personas para destacar
en ciertas modalidades deportivas.
Pero aunque tener una buena
genética es el punto de partida para un velocista, esa capacidad innata hay que
desarrollarla mediante un entrenamiento adecuado, que será el elemento clave que
finalmente hará la diferencia entre que algunos atletas lleguen a ser Campeones
y otros no. Por ello es muy importante descubrir el talento de los corredores
de velocidad de jóvenes, como sucedió con Usain Bolt en su pueblo natal, cuando
un entrenador se percató de sus increíbles cualidades para la velocidad mientras
se ejercitaba de niño.
Las sesiones de entrenamiento
de un velocista son muy exigentes, incluyendo no solo esfuerzos intensos en la
pista, sino también duras sesiones de gimnasio al objeto de mejorar la fuerza y
la potencia. Tener una buena salida y técnica de carrera es vital para un
corredor de velocidad, ya que unas pocas centésimas en la línea de meta harán
la diferencia entre ser un atleta élite o uno del montón. La carrera deportiva
de un velocista tampoco es para nada es sencilla, ya que el nivel tope de
rendimiento se puede mantener por pocos años, a diferencia de los fondistas que
tienen una carrera más longeva. Y es que para un velocista, después de llegar a
la edad de máximo desarrollo, el paso de cada año será inevitablemente un
lastre.
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