Os comparto el último artículo que ha salido publicado en LA ESTRELLA DE PANAMÁ con algunos consejos a la hora de comprar zapatillas para correr. Espero os sea de ayuda y quedo abierto a vuestras consultas.
Podéis consultarlo en la imagen inserta a continuación o en formato de texto sencillo al final de la entrada.
Fuerte abrazo y nos vemos en la Ruta!
FER
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EL CALZADO PARA CORRER
Una mala elección y uso
del calzado puede ser origen de serios problemas
Muchas son las
personas que cada día llenan las calles y parques de nuestro país para
ejercitarse corriendo, pero una gran mayoría de ellas desconoce realmente las
características y uso correcto de las zapatillas que calza en sus pies. La
publicidad de los fabricantes y la moda son los factores que generalmente se
tienen más en cuenta por los compradores cuando van a un establecimiento
comercial, dejando de lado importantes parámetros como la propia fisiología de
la persona, el uso al que se va a dedicar el calzado o el tipo de superficie
sobre la que nos vamos a ejercitar de manera regular. Durante nuestras
rutinas de carrera no hay que olvidar que daremos miles de pisadas sobre el
terreno, y si no contamos con un calzado adecuado a nuestras particularidades,
estaremos contribuyendo a la aparición de una posible lesión.
TIPOS DE PISADA
El aspecto más
importante que debemos tener en consideración antes de adquirir un calzado
deportivo es conocer nuestro tipo de pisada. Ello hace referencia a cómo se
comportan nuestros pies cuando hacen contacto con el terreno, lo que sería la
fase de amortiguación, y cómo se comportan durante el despegue, el momento en
el que se produce la transmisión de la energía y el pie deja de estar apoyado
en el piso. Esto anterior se logra mediante un estudio de pisada, tanto
estático en parado como dinámico en una cinta de correr, durante el cual el
especialista observará la forma de nuestros pies y cómo es su funcionamiento. Existen
tres tipos principales de pisada: neutral, pronadora y supinadora. El mayor
porcentaje de personas es neutral, por lo que el pie en movimiento no se
inclina significativamente hacia los lados, o si lo hace, es de modo moderado
hacia la zona del arco, lo que se conoce como leve pronación. Por el contrario,
algunas personas sobre-pronan, con un giro exagerado hacía la parte interna,
por lo que necesitan un apoyo extra en esa zona. De igual manera, hay un
pequeño número de personas supinadoras, las cuales pisan mayormente con el
exterior del pie.
Las principales
marcas deportivas fabrican sus modelos usualmente para corredores neutrales,
aunque también diseñan modelos específicos para corredores supra-pronadores en
los que se incluyen elementos de soporte adicionales en esa parte. Es mucho
menos frecuente en cambio encontrar modelos en el mercado para corredores
supinadores. Por lo general, las personas tienen el mismo tipo de pisada en
ambos pies, pero en ocasiones, son diferentes, por lo que hay que tomar las
pertinentes correcciones, normalmente mediante el uso de plantillas ortopédicas
que se insertan dentro de la zapatilla. Si el calzado de
nuestra elección no fuera el correcto para nuestro tipo de pisada, no solo se
producirá una menor eficiencia desde el punto de vista del desempeño físico,
sino molestias que pueden incluso derivar en una patología en forma de lesión
deportiva.
TALLA Y SEXO
Los calzados
deportivos por lo regular vienen en tallas que aumentan de medio en medio
número, y al probarlos hay que tener en cuenta que nuestros dedos no deben de
quedar pegados a la punta de la zapatilla, sino a una distancia aproximada de
medio centímetro. El mejor momento para probarnos un calzado deportivo es en
horas de la tarde, ya que el pie va teniendo cierto grado de dilatación según
avanza el día.
El calzado hay que
probarlo con las medias habituales que usemos en nuestros ejercicios,
poniéndonos el par completo, no solo un pie. Un calzado deportivo es muy
diferente a un zapato de trabajo, y no hay que tener prejuicios ni pasar pena a
la hora de tomar el tiempo necesario en el comercio para ver cómo ajusta y se
comporta ante el movimiento, caminando e inclusive haciendo unos pequeños
trotes en el establecimiento. Si la sensación no es cien por ciento de nuestro
agrado en la tienda, difícilmente lo será más tarde, por lo que será mejor
probar otro modelo.
Por lo general las
marcas fabrican versiones del mismo modelo para hombre y mujer con diferente
horma. Sucede que algunas personas compran solo basándose en la apariencia del
diseño o el gusto por ciertos colores, sin percatarse de que la versión que han
elegido no es la adecuada para su género. Otras veces en cambio, como ocurre para
las mujeres de elevada estatura, comprar un modelo de hombre suele ser la única
opción, ya que salvo que se realice la compra vía internet, en el mercado local
es difícil encontrar calzado deportivo de mujer en tallas grandes.
PESO Y USO
En la televisión se
muestran con frecuencia eventos en los que destacados atletas de talla mundial
utilizan los últimos modelos de zapatillas deportivas. No debemos dejarnos
seducir por un velocista como Usain Bolt o un corredor de fondo como Mo Farah,
y pensar en cambio en que este tipo de corredores tienen unas particularidades
muy específicas, en cuanto a su forma física, peso y musculatura. Por mucho que
nos atraiga llevar el mismo modelo de zapatillas que usan nuestros ídolos
olímpicos, hay que tener en cuenta que esos calzados, por ejemplo en el caso de
un atleta africano de maratón, fueron diseñados para corredores cuyo peso
generalmente oscila alrededor de las 140 libras, con muy poco material de amortiguación,
y previendo que la duración de su carrera sea poco más de dos horas. Frente a
eso, es obvio que un corredor que supere las 200 libras y cuyo tiempo en
maratón sea de 5 horas, necesitará un modelo de calzado bastante diferente.
Podemos utilizar un
calzado deportivo para usos varios como caminar, correr en modo entrenamiento,
correr en competición o realizar rutinas de ejercicio en un gimnasio. De igual
modo, podemos utilizar un calzado para correr mayormente en asfalto y concreto,
grama o caminos de montaña y trillos. Para cada uno de estos usos y terrenos
existen modelos y versiones diferentes, por lo que debemos de tener claro el
objetivo primario al que vamos a dedicar cada una de nuestras zapatillas. Si
usamos un modelo de entrenamiento para competir o viceversa, puede verse afectado
nuestro nivel de desempeño, así como si corremos en un terreno determinado con
unas zapatillas específicas para otro tipo de superficie donde se requiere un
ajuste y agarre diferente.
LA VIDA ÚTIL
No hay una única respuesta
a la pregunta de cuántos kilómetros dura un calzado deportivo y cuándo debo cambiar
de zapatillas. Obviamente variará mucho dependiendo modelo específico que
usemos, pero también del peso del corredor, su tipo de pisada, su técnica de
carrera y la dureza y consistencia del terreno en el que se ejercite. Las
principales marcas como norma general recomiendan desechar el calzado después
de completar de 600 a 800 kilómetros, aunque ya desde antes pueden haber
comenzado a perder parte de sus propiedades de amortiguación y respuesta.
Aunque la apariencia estética del calzado tiene importancia, lo que realmente
debemos comprobar son las condiciones de funcionamiento en lo que respecta a la
amortiguación, estabilidad y tracción. Un calzado en apariencia deslucido puede
estar en condiciones óptimas para su uso y al contrario. Las consecuencias de
intentar sacarle más kilómetros de lo debido a un calzado pueden ser nefastas,
en forma de graves lesiones como la temida fascitis plantar o la tendinitis de
Aquiles.
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