Buen miércoles amig@s:
En esta oportunidad os quiero compartir mi última colaboración para la revista SPORTS & HEALTH, correspondiente a la edición de enero 2015. El tema sobre el que escribo esta vez es uno de los que genera más debate entre los corredores, sobre el precio de las inscripciones y el concepto del running, que se ha vuelto cada vez un negocio más lucrativo. Muchos de los corredores que se han incorporado a este mundillo en los últimos cinco años no conocen los antecedentes y cómo hace solo unas temporadas las pruebas tenían un costo infinitamente menor. Cierto que se ha ganado mucho en logística y organización, pero de igual forma han aumentado enormemente los aportes económicos y en especie de los patrocinadores. A nadie se le puede obligar a correr determinadas pruebas y tampoco lo contrario. Cada uno es libre de elegir donde gastar su plata, pero si pienso es importante los atletas estén informados y tomen sus decisiones con responsabilidad.
Si estáis interesados podéis leer el artículo en el propio web de la revista en este LINK, en la imagen inserta a continuación, o como texto simple al final de la entrada.
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RUNNING,
¿OCIO O NEGOCIO?
Llevo ya 15 años viviendo en Panamá, y durante este
tiempo he podido ver la tremenda evolución del running local, entendido como la
actividad de correr, de manera recreativa o competitiva, en calle. Frente a los
pocos corredores con los que uno se encontraba durante los entrenamientos, e
incluso en las competencias tan solo unos años atrás, la mayoría conocidos,
actualmente áreas de la capital como Parque Omar, Amador, Cinta Costera,
Balboa, o el malecón de Costa del Este rebosan de runners en su mayoría
anónimos.
Aunque me produce una enorme satisfacción ver que muchas
personas han adoptado gracias al running un estilo de vida saludable, que se
complementa con una mejor dieta y hábitos sanos, no me dejan de preocupar
algunos aspectos conexos a su desarrollo. Cuando se trataba de una actividad
marginal el aspecto económico no tenía mayor importancia, pero eso ha cambiado
de manera drástica, y lamentablemente el ansia de negocio está distorsionando
el ambiente y creando fricciones entre los principales actores, incluyendo a
los organizadores y corredores.
LOS ORÍGENES
Hasta la temporada 2009 el Club de Corredores del Istmo
era el que acaparaba como organizador la mayoría de los principales eventos de
ruta del patio, incluyendo la Maratón Internacional de Panamá. El otro club
existente y que tenía un calendario anual, PAFRA, -que en aquellos momentos era
tanto como decir Allen Jones-, se mantenía como algo anecdótico, después de la
retirada del personal del army USA. Fue en ese año cuando Elmer Ortiz, que ya
había trabajado en varias directivas de Corredores del Istmo, se lanza a la
aventura de crear una nueva entidad organizadora bajo el nombre de Panama
Runners, hecho sin duda alguna que cambió para siempre el modo de concebir el
running local e influyó enormemente en su popularidad actual.
Junto a Panama Runners, y de modo casi simultáneo, se
fueron incorporando al panorama otras organizaciones como Pura Voluntad,
Tr3MAX, o Trois, propiciando con ello que de haber un par de eventos al mes, se
pasara a tener competencias todos los fines de semana, incluso coincidiendo dos
o más carreras en el mismo día y lugar.
Debido a la creciente competencia, Corredores del Istmo
se vio obligado a actualizarse, y de igual modo PAFRA se reinventó, dando
entrada a muchos de los antiguos directivos de Corredores del Istmo. En el
interior también surgieron clubes, como Run4Life en Chiriquí, y ya en el
presente año, el team Corro con George irrumpió con fuerza anunciando la
celebración de su primera Maratón.
ESCALADA DE
PRECIOS
Es innegable que la competencia entre los distintos
organizadores sirvió para elevar el nivel logístico de las pruebas, atendiendo
aspectos de seguridad, mercadeo, inscripciones y clasificaciones entre otros,
de una manera mucho más profesional. Pero ello no ha resultado gratuito para el
corredor, ya que en la mayoría de los casos el precio de las inscripciones se
ha disparado. Como ejemplo baste decir que hasta el año 2009 en que incursionó
Panama Runners, con excepción de eventos como la Maratón Internacional de
Panamá, el costo de los eventos no superaba por lo general los B/2.00. Cuando
Panama Runners subió los precios a B/5.00 pareció un sacrilegio, pero luego los
demás organizadores vieron que había una gran cantidad de nuevos corredores de
medio y alto poder adquisitivo que en su deseo por no quedarse fuera y poder
participar estaban dispuestos a pagarlo. Así fue que entramos en una espiral de
precios pareciera sin fin, en la que por inscribirse en un evento de 5
kilómetros de B/5.00 se pasó a cobrar B/10.00, luego B/12.00, después B/15.00, y
al final B/20.00 o incluso mas. El único club que se mantuvo firme en su
política de precios bajos fue PAFRA, reconvertido a PAFRA-MARCA PASOS, y debido
a ello recogió mucha participación de corredores descontentos con los altos
precios de las otras entidades.
REPARTO DEL
PASTEL
El panorama antes descrito evidencia una enorme y feroz competencia
entre los organizadores, que en muchos momentos ha sido acompañada de actos no
precisamente ejemplarizantes como programar eventos en la misma fecha que otros
ya establecidos en el calendario con el único ánimo de incordiar y restar
participación; divulgar en las redes y medios informaciones por decir lo menos
inexactas, al objeto de perjudicar eventos ajenos en favor de otros propios; e
inclusive hasta denuncias por actos de sabotaje, donde desaparecen decenas de
conos y las señales de la ruta son alteradas con evidente ánimo de perjudicar ciertas
carreras. De esta competencia desmedida por apoderarse del mayor trozo del
negocio, han surgido ya las primeras víctimas, y algunos como Trois y Pura
Voluntad han quedado por el momento fuera del escenario y sin ánimos pareciera
de regresar en breve.
Frente a esta situación que parece desalentadora, se está
promoviendo ya una iniciativa que busca la firma de un pacto ético entre la
mayoría de los organizadores, en la que se establezcan compromisos como la
coordinación de los calendarios, el no divulgar informaciones falsas ni
realizar actos hostiles hacia los demás ni hacia sus pruebas, y potenciar una
política de tope de precios de las inscripciones. Por supuesto no todos van a
ver con buenos ojos este tipo de proyectos, que atentan directamente contra el
negocio que promueven, pero hay confianza de que el corredor acabará por
distinguir entre los que buscan el desarrollo y progreso del running, y los que
buscan únicamente el progreso de su propio bolsillo.
En este punto quiero hacer hincapié en que no me parece
mal que alguien monte una empresa y se dedique profesionalmente a organizar
eventos. No se le puede pedir a un empresario que trabaje full time organizando
pruebas y que al final no tenga una utilidad por ello. Esto es algo entendible
y usual en todos los sectores, incluyendo el deporte. La perversión existe
cuando detrás de una aparente ausencia de ánimo de lucro, se hace de manera
fraudulenta todo lo contrario, anteponiendo los intereses personales a los de
la comunidad runner.
Saludos y nos vemos en la Ruta!
FER
Excelente articulo mi amigo. Creo que esto lo hemos hablado en una que otra ocasión, es triste, porque si bien se entiende que se ha mejorado en la organización de los eventos, a mi me sigue pareciendo un abuso que los precios hayan aumentado de $5 a $20, es una exageración, se sabe que existe inflación en el país, se entiende que si ofreces una que otra cosita adicional va a "aumentar" el precio, pero cuadruplicarlo es el colmo, más aún, cuando con el aumento de participantes en las carreras, también han conseguido mas patrocinadores, entonces se entiende que hagan justamente eso: "patrocinar" parte del evento, no deberían los precios ser tan elevados.
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