UNA PIEDRA EN EL CAMINO
Hematuria en deportistas
Después de mi última experiencia con la piedra que expulsé, quise compartir con los lectores de LA ESTRELLA DE PANAMÁ algunos consejos y recomendaciones sobre los cálculos renales y los síntomas de hematuria (sangre en orina).
Podéis consultar la NOTA PRINCIPAL en la web del diario, la página completa en la imagen inserta a continuación, o como texto simple al final de la entrada.
A modo de precaución, os recomiendo tomar agua suficiente para manteneros siempre hidratados y visitar a vuestro urólogo al menos una vez al año.
Saludos y nos vemos en la Ruta!
FER
UNA PIEDRA EN EL CAMINO
Factores hereditarios, escasa ingesta de líquido,
desórdenes en la alimentación, y tener hábitos sedentarios, constituyen los
principales motivos de formación de cálculos o “piedras” renales, una dolencia
que afecta ya a más de un 15% de la población mundial.
Nuestro organismo generalmente utiliza la orina como uno de
sus instrumentos para eliminar impurezas del cuerpo. Usualmente estos desechos
son expulsados sin mayores problemas de manera regular, pero en determinadas
condiciones se condensan en los riñones formando cristales, los cuales se van
adhiriendo unos a otros originando después un proceso que puede durar semanas o
meses cálculos renales. Se puede formar un único cálculo o varios al mismo
tiempo, tener forma lisa o con aristas, un tamaño que puede variar desde pocos
milímetros hasta sobrepasar la envergadura de una pelota de golf, y tonalidades
de color amarillo, crema o marrón. El diagnóstico se realiza mediante exámenes
como radiografías, ecografías, y tomografías computarizadas (TACs).
¿COMO SE ELIMINAN?
El tratamiento médico recomendado por el especialista
estará siempre en función de la cantidad, tipo y tamaño de los cálculos, así
como de los efectos colaterales que los mismos provoquen. Cuando la presencia
del cálculo conlleve episodios de dolor intenso tipo cólico, será necesario
administrar analgésicos e incluso narcóticos para ayudar a mitigar las
molestias. Si se trata de un único cálculo de tamaño pequeño, la recomendación
suele ser la de incrementar la ingesta de agua al día para aumentar la cantidad
de orina producida, lo que regularmente ayudará a que el cálculo sea expulsado
más tarde o temprano por el aparato urinario sin necesidad de realizar
procedimientos invasivos. En otras ocasiones el cálculo será de un tamaño
inadecuado para su expulsión, por lo que se pueden recetar determinados
medicamentos para ayudar a frenar su crecimiento y descomponerlo. Si esto
anterior fallara, o se pusiera en peligro el funcionamiento del sistema renal,
será necesario acudir a otros métodos para romperlo, o procedimientos de
extracción diversos, incluyendo la cirugía.
SANGRE EN ORINA
Generalmente la orina no contiene sangre, pero en ocasiones
si hay presencia de glóbulos rojos (eritrocitos) en la misma. A este síntoma se
le denomina hematuria, y aunque en sí mismo no se trata de una enfermedad,
puede ser un indicio de la existencia de alguna. Podemos detectar la hematuria
bien a simple vista porque nuestra orina se tiñe de color rojo o chocolate
(hematuria macroscópica), o bien por medio de un examen en laboratorio cuando
la orina aun teniendo una apariencia amarilla normal, contiene pequeñas
cantidades de sangre (hematuria microscópica). La hematuria se puede presentar
por diversas causas, estando relacionadas con la presencia de cálculos renales,
infecciones en el aparato urinario como la cistitis, caídas y traumatismos,
rotura de quistes, crecimiento de tumores, ingesta de ciertos fármacos,
inflamación de la próstata en varones, o por otros problemas médicos
subyacentes.
Ante la presencia de sangre en orina la persona debe de
comunicarse con su doctor o especialista para detectar la causa mediante
diferentes exámenes, y aplicar el tratamiento adecuado correspondiente si fuera
necesario. Incluso en casos muy puntuales, y aunque sintamos un color rosado en
la orina, un sencillo análisis podría confirmar la existencia de una hematuria
falsa debida a la ingesta de ciertos alimentos (remolacha, moras), o
medicamentos que simplemente hicieron la función de tintes.
MEJOR PREVENIR QUE
CURAR
La formación de cálculos afecta en una proporción de tres
veces más a los varones que a las mujeres, y se trata de una enfermedad
recurrente, ya que la mitad de los pacientes que la sufren alguna vez, vuelven
a tener episodios a futuro. La mejor manera de prevenir la formación de cálculos
renales es beber abundante líquido (de dos a tres litros al día),
preferiblemente de agua, al objeto de estimular la producción de orina. En
condiciones de calor extremo y de práctica deportiva esta cantidad se deberá
incrementar. Hacer cambios en la dieta dependiendo de la composición del
cálculo también es conveniente, como bajar la ingesta de proteína y eliminar
algunos alimentos específicos de nuestras comidas.
TIPOS DE CÁLCULOS
Es muy importante poder analizar en laboratorio la composición
de los cálculos renales después de su expulsión o extracción, ya que ello dará
indicaciones sobre el tratamiento y los cambios a realizar en la dieta con el
objetivo de prevenir la formación de otros a futuro. Los cálculos más
abundantes con gran diferencia son los de oxalato de calcio (80%), aunque
también los hay de ácido úrico, cistina y estruvita.
HEMATURIA EN
DEPORTISTAS
Se ha detectado que después de realizar ejercicio físico,
especialmente si este es intenso, los deportistas pueden presentar sangre en
orina. Si bien en la mayoría de los casos este tipo de hematuria es de carácter
benigno y desaparece después de un par de días, es necesario darle seguimiento
pues de no cesar podría provocar en el deportista, tanto sea amateur como profesional,
una anemia por deficiencia de hierro. Entre las modalidades donde se da con más
frecuencia están el atletismo de fondo, el ciclismo, la natación, el remo, y la
hípica.
DOLOR DE CÓLICO
AGUDO
Un cálculo renal puede provocar dolores súbitos y muy intensos
en la zona lumbar y del abdomen al desplazarse por el aparato urinario,
moviéndose desde los riñones a la vejiga a través de los uréteres. El dolor
puede llegar a ser tan incapacitante que el paciente sufra náuseas y vómitos, y
hasta deba ser hospitalizado para recibir de urgencia analgésicos vía
intravenosa. Especialmente preocupante es el caso cuando los cálculos bloquean
el flujo de orina desde los riñones. Otras veces en cambio los cálculos no
producen sintomatología, especialmente si son de tamaño reducido, y la persona
nunca llega a percatarse de su existencia, o solo tiene mínimas molestias al
momento de su expulsión.
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