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26 agosto 2016

Correr en el Parque Metropolitano

Buen viernes amig@s,

Culmina una nueva semana con buenos entrenamientos, incluyendo hoy pista de madrugada con el team de Nicolás García. Tanto Nico como Anel Grimaldo andan como aviones a reacción y me han sacado el jugo jajaja, pero contento del esfuerzo realizado y de no sentir ninguna molestia física.

Aparte de mis andanzas en la pista, os comparto una colaboración que publiqué el domingo pasado en la sección de deportes de LA ESTRELLA DE PANAMÁ con relación al Parque Natural Metropolitano, una excelente opción para correr senderos dentro de la misma ciudad capital.

Si estáis interesados podéis leer la nota en línea en este ENLACE, ver la página completa en la imagen inserta a continuación, o consultar el texto en modo sencillo al final de la entrada.


Que paséis un feliz y productivo fin de semana, nos vemos en la Ruta!

FER


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CORRER EN EL PARQUE METROPOLITANO

Senderos naturales en medio de la ciudad

Muchas de las personas que en los últimos tiempos han adoptado la costumbre de correr, con el paso del tiempo se interesan en buscar nuevos lugares donde ejercitarse y así cambiar sus rutinas. Correr en la ciudad es sinónimo generalmente de asfalto y tráfico, salvo que uno lo haga en alguna de las escasas áreas verdes enclavadas dentro de la capital como el Parque Omar, el Parque Urracá o el Parque Andrés Bello. De todos modos, incluso estando estas áreas dedicadas primordialmente a la recreación, cuando uno se ejercita en ellas no puede abstraerse completamente de los ruidos que ocasiona el propio funcionamiento de la ciudad y de la contaminación que generan los vehículos a motor que circulan en los alrededores. En principio pareciera que para poder correr tranquilamente en la naturaleza no habría otra opción que manejar durante unos cuantos kilómetros fuera de la ciudad, hasta un lugar aislado. Pero la solución la tenemos mucho más cerca de lo que pensamos, en lo que es el auténtico pulmón de la ciudad de Panamá, el Parque Natural Metropolitano.

ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS

El Parque Natural Metropolitano está ubicado en el corregimiento de Ancón, teniendo como límites la Vía La Amistad, la Avenida Ascanio Villalaz y la Avenida Juan Pablo II, vía esta última donde está localizada su entrada principal y las oficinas administrativas. El parque como tal no se creó hasta el 5 de Junio de 1988, coincidiendo con el Día Mundial del Ambiente, aunque como área de alto valor ecológico, las tierras que lo conforman se mantuvieron protegidas y casi sin intervención durante muchas décadas al pertenecer a la antigua área del Canal.


El Parque Natural Metropolitano está regido por un patronato y tiene una extensión de 232 hectáreas, siendo la única área protegida de Centroamérica que se encuentra dentro de los límites de una ciudad metropolitana. Esta circunstancia la debemos valorar en su justa medida y tomar conciencia de lo afortunados que somos. A pesar de ello, y de manera incomprensible, muchos son todavía los residentes de la ciudad capital que no lo han visitado y desconocen las bellezas y oportunidades de esparcimiento que ofrece este parque.

HORARIO Y FUNCIONAMIENTO

El Parque Natural Metropolitano tiene un horario de lunes a domingo, incluyendo feriados, desde las 6.00 am hasta las 4.30 pm en lo que respecta a la visita a los diferentes senderos. La entrada tiene realmente un costo simbólico, siendo de solo $1 para nacionales y de $4 para visitantes extranjeros, aunque los menores de 17 años y jubilados incluso tienen tarifa reducida. A la hora de apertura la seguridad del parque permite el acceso a los numerosos estacionamientos, desde donde se pueden comenzar circuitos con diferentes grados de duración y dificultad. 

Como normas generales de convivencia no se permite el ingreso de mascotas ni de bicicletas al área, así como está prohibido fumar o tomar bebidas alcohólicas. Los visitantes tampoco tienen permitido perturbar a las numerosas especies de animales  presentes (como perezosos, monos, iguanas o ñeques), extraer fauna o flora del sitio, dañar la vegetación o salirse de los senderos claramente delimitados. Por supuesto, no se debe arrojar o abandonar basura en el parque, con excepción de en los tinacos ubicados para este fin.

El silencio es otra de las características principales del parque, aunque en realidad es un silencio de ruidos de ciudad, no de la numerosa fauna y flora presentes que tienen su particular forma de crear una agradable banda sonora. Por lo tanto, no es recomendable llevar auriculares para oír música, sino dejarse llevar por los sonidos del entorno. Si se va acompañado se puede mantener una conversación a un volumen moderado, pero por respeto al propio hábitat y al resto de los visitantes, no se debe gritar salvo en caso de emergencia.

PRECAUCIONES BÁSICAS

A la hora de correr por senderos de tierra y piedra, y en lo que respecta a nuestra vestimenta, podemos usar la ropa habitual de correr en la ciudad, aunque resultan muy prácticos tejidos sintéticos que resistan enganchones. Las piernas suelen ser las que están más expuestas a sufrir arañazos con la vegetación, por lo que es buena idea usar licras largas que cubran hasta los tobillos. En cuanto al calzado podemos también usar el habitual, pero nos darán mayores prestaciones modelos específicos de trillo que cuenten con buenos niveles de estabilidad, amortiguación y tracción. Las suelas de los calzados de trillo se diferencian a simple vista de las de los modelos de asfalto, ya que poseen una gran cantidad de tacos de caucho para mejorar el agarre.

Al encontrarnos en una zona de bosque húmedo es muy frecuente la presencia de insectos de todo tipo, por lo que viene bien aplicarse algún repelente antes de ingresar a los senderos. A diferencia de las zonas urbanas donde la superficie sobre la que corremos suele ser estable y libre de obstáculos, en los senderos del Parque Natural Metropolitano encontraremos pisos más irregulares, incluyendo piedra compactada, tierra y grama. A pesar de que los senderos tienen un buen mantenimiento, es usual que podamos encontrar ramas y otros elementos de la vegetación caídos en medio, así como partes con barro debido a la lluvia.

Al correr por senderos hay que ir muy pendientes del terreno que tenemos justo enfrente, sobre todo en bajadas pronunciadas y cuando haya rocas y piedras sueltas. La visión debemos mantenerla en la ruta, anticipando la trayectoria que vayamos a seguir en cada momento, y previendo dónde vamos a ubicar cada uno de los apoyos de nuestros pies. No se debe perder la concentración ni un segundo, puesto que una pequeña distracción puede provocar que acabemos tropezando con una roca o raíz parcialmente enterrada en el piso.

SENDEROS DISPONIBLES

A la entrada del parque y en varias de las bifurcaciones, existen carteles indicadores de los diferentes senderos diseñados según el nivel de tiempo disponible y el grado de exigencia deseado. Los corredores que usualmente practican en el área, suelen enlazar unos senderos con otros para crear recorridos con mayor distancia, pudiéndose crear múltiples combinaciones para hacer más amenos los entrenamientos.


En la naturaleza, el ritmo y la distancia recorrida son conceptos muy relativos, ya que por lo irregular del terreno y el perfil cambiante, no debemos hacer comparación con la velocidad a la que usualmente entrenamos en zonas urbanas. Adicional, cuando afrontemos subidas pronunciadas muchas veces no será eficiente correr, ya que malgastaremos energía, siendo más recomendable caminar con zancadas cortas y rápidas. Esto aplica especialmente para las zonas de escaleras, las cuales están presentes en varios de los senderos.

Sendero Los Momótides

Es el único sendero que se encuentra del otro lado de la Avenida Juan Pablo II, teniendo su entrada justo enfrente de las oficinas administrativas. Presenta una forma ovalada y tiene un perfil suave, solo con una pequeña zona de escaleras. Resulta muy sencillo de correr, con terreno mayormente de tierra y una distancia de solo 0.9 kilómetros. Sendero recomendable para corredores que no quieran subir pendientes o que estén incursionando en terrenos de trillo.

Sendero El Roble

Este sendero inicia en las oficinas administrativas y discurre paralelo a la Avenida Juan Pablo II, siendo su piso mayormente de piedra compactada y el terreno fácil, sin elevaciones. Su distancia es de tan solo 0.7 kilómetros, aunque si se completa ida y vuelta sumará el doble. En medio del mismo hay un roble muy frondoso, y se pasa al lado de una bonita laguna. Recomendado para corredores noveles.

Sendero Los Caobos

Con inicio también en la zona del edificio administrativo, el sendero Los Caobos es realmente exigente, con un perfil muy pronunciado que incluye numerosos tramos de escaleras naturales. Su longitud aproximada es de 1 kilómetro, y la parte de descenso es igualmente exigente con varios tramos de escalones. En su haber hay que mencionar que para corredores experimentados supone una excelente opción de trabajo de fuerza, potencia y coordinación. En la parte más alta de la ruta hay un amplio mirador con bonitas vistas a la ciudad capital.

Sendero La Cienaguita

Al mismo se accede desde el final del Sendero El Roble, o bien desde la entrada secundaria al parque donde hay una pequeña caseta. Tiene una longitud de 1.1 kilómetros, siendo en su parte inicial plano y sencillo de recorrer, a través de un segmento bien cuidado de piedra compactada. Después el terreno va tomando pendiente, incluyendo numerosos columpios y áreas con curvas que requieren de cambios frecuentes de dirección, un trabajo exigente para la musculatura del tren inferior y los tobillos. Recomendado para corredores experimentados. En su parte final enlaza con el último tramo del Sendero Mono Tití.

Sendero Mono Tití

Es el único de los senderos del parque que tiene en toda su longitud una anchura suficiente para que pueda transitar holgadamente un vehículo. El resto de los senderos están diseñados solamente para que transiten personas. Este sendero comienza en la entrada secundaria del parque, cerca del edificio llamado “El Castillo”, y en su parte inicial es bastante plano, aunque paulatinamente el perfil va tomando altura. El piso es de tierra con piedra y raíces, bastante irregular, pero con una vegetación muy frondosa que cubre la ruta de los rayos del sol. Tras llegar al Mirador de Los Trinos, hay una zona de descanso antes de que el sendero vuelva a tomar una fuerte pendiente. El último tramo es realmente exigente, hasta alcanzar la zona más alta donde está el mirador de Cerro Cedro. Desde allí hay magníficas vistas tanto a la Ciudad de Panamá, como del otro lado hacia el Canal y el Puente Centenario. Este sendero tiene una longitud de 1.1 kilómetros y solo es indicado para corredores con buena condición física.

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