Correr con lluvia

Buen lunes amig@s,

Os comparto la colaboración que publiqué ayer en LA ESTRELLA DE PANAMÁ, dentro de la sección PASIÓN. En esta oportunidad quise aportar unos consejos para los días en que tenemos que convivir con la lluvia, circunstancia que en Panamá es muy frecuente. Visto el calor horrible que sufrimos entrenando ayer, habría deseado que nos hubiera caído algo de lluvia refrescante. La verdad que a pesar de iniciar los fondos en horas de la noche, estamos teniendo unas temperaturas totalmente fuera de lo normal. Dan ganas de quedarse metido en la casa en "cuera" con el aire prendido jajaja :)

Podéis leer el artículo en la web del propio diario en este LINK, ver la página completa en la imagen inserta a continuación, o consultar el texto íntegro al final de la entrada.

Nos vemos en la Ruta!

FER

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CONVIVIR CON LA LLUVIA

A pesar del calentamiento global y del fenómeno del Niño, nuestro país sigue teniendo una climatología en la que las tormentas y lluvias son frecuentes durante gran parte del año. Mientras que en otras latitudes los corredores miran al cielo y dependiendo de cómo éste se vea, optan por salir a entrenar al exterior o quedarse en la casa, en Panamá aceptamos como un hecho consumado que debemos cohabitar con la lluvia, porque de otro modo la mitad de los días perderíamos nuestros entrenamientos. No debemos ver a la lluvia necesariamente como una molestia que impide o dificulta la realización de nuestro ejercicio al aire libre, sino más bien como otro elemento más del ambiente que nos rodea, y que debemos saber manejar para que juegue a nuestro favor cuando sea posible. En definitiva, “no somos de azúcar”. 

No todas las lluvias obviamente son iguales en cuanto a intensidad, y tampoco es lo mismo que nos llueva al inicio de la competencia o entrenamiento, que cuando ya estamos finalizando el mismo. Dependiendo del caso y las circunstancias, la elección que hayamos hecho de nuestra vestimenta y calzado, así como las precauciones específicas que hayamos podido tomar, pueden hacer la gran diferencia entre que nuestra sesión de carrera bajo la lluvia sea placentera, o se convierta en una auténtica pesadilla.

CONSULTANDO LOS PRONÓSTICOS

Con la facilidad que tenemos hoy en día de contar con dispositivos móviles y aplicaciones para consultar los pronósticos climatológicos, no hay excusa para no gastar cinco minutos de nuestro tiempo en revisar cuales son las previsiones del clima para las siguientes horas. Cierto que la meteorología no es una ciencia exacta, y que a veces los vaticinios yerran más que aciertan, pero a la larga de seguro sacaremos provecho de ella.

Conocer estos pronósticos nos puede ayudar a adelantar o postergar algunas de nuestras sesiones programadas, sobre todo aquellas de mayor duración durante los fines de semana. Conforme a las estadísticas que a nivel nacional lleva el departamento de hidrometeorología de ETESA, la ocurrencia de lluvia en la capital y alrededores es más frecuente en horas del mediodía y de la tarde, que en el resto de la jornada. Por este motivo, muchos de los corredores locales prefieren entrenar sin mojarse temprano en la madrugada, que depender de esperar a la tarde para ver si se forma la habitual tormenta vespertina.

Ante un clima lluvioso es más seguro correr por rutas conocidas que tengan una superficie plana y estable, ya que los charcos de agua pueden ocultar imperfecciones y agujeros en el pavimento; aunque estemos mojados, no debemos olvidar de todos modos hidratarnos; y para proteger documentos o dispositivos digitales podemos servirnos de bolsa plásticas herméticas tipo sándwich.

EQUIPO DE LLUVIA

Tanto si iniciamos nuestra rutina de entrenamiento de noche cuando no podemos descifrar si el cielo está nublado, como si vemos que la climatología amenaza lluvia, debemos tomar ciertas precauciones. En cuanto a la vestimenta que vamos a seleccionar, son preferibles tejidos sintéticos frente a los usuales de algodón, ya que estos últimos en presencia de lluvia tienden a acumular mucho líquido. Esto no solo afecta al peso de la propia prenda, sino también a la comodidad del usuario, ya que puede originar la aparición de molestas rozaduras e incluso ampollas. Una forma sencilla de prevenir la fricción de la ropa es la aplicación de vaselina en todas aquellas partes del cuerpo más sensibles, como los pies, entrepierna, pecho, pezones, axilas y cuello.

Para la protección de nuestra cabeza y facilitar la visión, una visera nos será muy útil, pues no hay nada más molesto que las gotas de lluvia nos obliguen a tener que llevar los ojos en un continuo guiño cuando corremos. Para los casos en que la lluvia sea especialmente fuerte, un impermeable plástico con capucha puede salvarnos de acabar literalmente empapados, aunque la transpiración se verá afectada y de todos modos acumularemos humedad.

EVITAR EL RESFRIADO

Correr acompañado por una lluvia liviana con las altas temperaturas que tenemos en Panamá normalmente es refrescante y hasta se agradece, pero no hay que descuidarse una vez terminemos nuestra sesión. Es muy importante quitarnos lo más rápido posible la ropa y zapatillas mojadas. Si tuviéramos la posibilidad de tomar una ducha caliente de inmediato es lo recomendable, pero caso contrario, y si nos tuviéramos que trasladar hasta otro lugar, nos sentiremos por mientras más confortables con ropa y calzado seco. La mejor manera de pillar un resfriado es quedarse húmedo a la intemperie sometido a una fuerte brisa o bajo los efectos del aire acondicionado.

HUIR DE LAS TORMENTAS

Los corredores cuando estamos en el exterior haciendo nuestro ejercicio somos muy vulnerables en caso de tormentas eléctricas. En ocasiones podemos anticipar la presencia de rayos precisamente por el ruido de los truenos que se van acercando, pero debido a la volatilidad del clima de Panamá, una luminosa tarde se puede tornar en oscura tormenta solo en cuestión de minutos. Si una tormenta se acerca a nuestra posición, debemos buscar refugio bajo techo cuanto antes, evitando guarecernos debajo de árboles y postes, ya que los mismos por su altura y forma, precisamente sirven de atracción a los rayos. 

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